Reservorios y reforestación para la seguridad hídrica en Piura [INFORME]

Foto: Scarlett Cardoza - Cutivalú

Hace más de cuatro años y medio el río Piura demostró de lo que es capaz. Las lluvias intensas del Niño Costero del 2017 aumentaron su caudal. Sus aguas se desbordaron en casi toda su cuenca. Fueron más de 90 mil personas las damnificadas y 22 mil viviendas destruidas. Los distritos de Catacaos y Cura Mori, en el Bajo Piura, fueron los que recibieron la peor parte, al quedar inundados por ese río que casi todo el año pasa inadvertido.

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Dos años después, en septiembre de 2020, una atroz sequía azotó el Alto Piura. El Gobierno declaró en emergencia 38 distritos de la región Piura por la falta de agua. Fueron miles de hombres y mujeres del campo que perdieron sus cultivos y cabezas de ganado por la sequía. No lo podían creer. En el 2017, por las intensas lluvias, el río Piura sobrepasó sus límites, y en el 2020 no tenían ni una gota de agua.

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Estos dos panoramas diametralmente opuestos se han vivido los últimos años en la región Piura. Uno de los motivos que agudiza esta situación, es el cambio climático, tal como lo advierte la especialista del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú – Senamhi, con sede en Piura, Ninel Dediós Mimbela.

“Estamos viviendo ya las consecuencias del cambio climático. Al año 2050, la temperatura en la tierra va a subir un poco más. Pero va a depender de lo que hagamos para minimizar los impactos”, advirtió la especialista en Agrometeorología.

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Sin embargo, para lo que resta del año 2021 e inicios del 2022, la doctora Ninel Dediós descarta que se presenten lluvias intensas como la del Niño Costero del 2017, pues no se registran condiciones climáticas anormales que hagan sospechar un escenario intensamente lluvioso.

De la misma opinión es el ingeniero meteorólogo de la Universidad de Piura Rodolfo Rodríguez Arismendiz, quien también descarta un Niño para el próximo verano. No obstante, debido a que la temperatura del mar registra niveles por debajo de lo normal, el especialista advierte que podría presentarse el fenómeno La Niña, que se caracteriza por la ausencia de lluvias.

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Frente a esto, ¿cuál sería la solución para contrarrestar estos dos escenarios: periodos de intensas lluvias que ocasionan que el río Piura se desborde o extensas temporadas de sequía que hacen perder miles de cultivos y cabezas de ganado a centenares de campesinos y campesinas?

Diversos especialistas consultados por Cutivalú coinciden en dos alternativas de solución que van de la mano: los reservorios y la reforestación.

El ingeniero Rodolfo Rodríguez considera necesario aprovechar estos “años de tregua que da la naturaleza” para acondicionar la infraestructura que permita evacuar eficientemente las aguas pluviales, además de formular propuestas para hacer viable la construcción de más reservorios. Esto evitaría la pérdida de gran cantidad de agua.

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La construcción de reservorios forma parte del Proyecto Especial Hidroenergético e Irrigación del Alto Piura – PEHIAP. Se trata de las represas de Yapatera, Charanal, Bigote y La Maravilla, todos ellos en la provincia de Morropón.

YAPATERA

Uno de los reservorios proyectados está ubicado en el centro poblado de Yapatera, a media hora de la ciudad de Chulucanas. Este lugar es conocido por sus populares cumananas: improvisados cantos que suelen entonarse al son de arpas o guitarras por una comunidad afrodescendiente asentada en este lugar desde hace varios siglos.

Por Yapatera pasa uno de los ríos que engrosan el ya conocido río Piura: el río Yapatera, con una longitud de 36 kilómetros, y que nace en el distrito ayabaquino de Frías, a 3,361 metros sobre el nivel del mar.

Cutivalú llegó a este centro poblado, exactamente a Panecillos, uno de sus caseríos por donde pasa el río Yapatera y donde se ha construido un canal de regadío con el objetivo de derivar parte de las aguas del río a todo el sector del distrito de Chulucanas.

Aquí conversamos con Darcila Pacherres Solano, una pequeña agricultora que se dedica al cultivo del arroz. Darcila nos contó sobre la enorme frustración con la que vive desde que tiene uso de razón: ver pasar el gran caudal del río Yapatera en temporadas de verano, sin poder aprovechar sus aguas, y meses después, ver en el cauce solo piedras y rocas de gran tamaño dejadas por la intensa corriente de agua que en su momento descendió de las partes altas de la región Piura.

“Cuando el río tiene una gran cantidad de agua, sólo vemos que pasa y pasa, y no hay dónde sostenerla. Pero, luego cuando el río baja, ya no tenemos agua y los agricultores sufrimos, sentimos tristeza. A veces tenemos que recurrir a pozos, pero no hay”, nos cuenta con mucha frustración, doña Darcila Pacherres, quien en épocas de sequía ha llegado a perder hasta S/ 3,000, dinero que le hubiera durado para sostenerse, por lo menos, cuatro meses.

La misma frustración siente doña Edelmira Farfán León, también pequeña agricultora que no solo ha perdido sus cultivos en épocas de sequía, sino parte del poco ganado con el que cuenta, pues, al no tener agua para regar, sus pastos se secan y sus animales no tienen qué comer.

 “Ya no hay pastito, se mueren los animales. A mí se me murieron tres cabritas porque no había pastito. Y, pues, estamos tristes porque no hay ni agua para regar y sembrar las plantitas, pues toda se la lleva el río, y si queda, nos deja poquito que no alcanza”, cuenta doña Edelmira Farfán, mientras señala el canal Yapatera, con las pocas aguas que quedaron de esas temporadas de grandes caudales.

En la subcuenca del río Yapatera existe un proyecto que forma parte del cuarto componente del Proyecto Especial Hidroenergético e Irrigación del Alto Piura, que debe beneficiar a más de 20 mil agricultores. Se trata de la construcción de un reservorio, conformado por dos presas: una derivadora en el río Yapatera y otra presa de embalse en la quebrada Cajón. El objetivo: almacenar agua para riego en épocas de sequía y reducir el riesgo de inundación en épocas lluviosas.

Sin embargo, la mala noticia llega a oídos de la población de Yapatera y les cae como un baldazo de agua fría: el reservorio de Yapatera no va. Esto debido a que en Yapatera se necesitan 25 millones de metros cúbicos de agua, sin embargo, la zona elegida para el proyecto solo alberga 3 millones de metros cúbicos.

El presidente de la Junta de Usuarios del Alto Piura, Manuel Nuñez Pallela, anunció, a través de Cutivalú que evalúan una nueva ubicación que les permita construir la anhelada presa con la cual puedan irrigar más de seis mil hectáreas de cultivos.

 “Estamos en una situación bastante difícil. Ya no hay agua. Los agricultores sufren más que otros porque no hay la posibilidad de tener agua a pesar de que en los ríos ha corrido algún volumen. Eso pasa siempre (…) En Yapatera, que es la comisión más grande, lamentablemente se ha descartado porque no hay un espacio natural donde se pueda hacer una presa. Se está evaluando otro lugar”, explicó el dirigente.

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Por su parte, el presidente de la comisión de regantes de Yapatera, Segundo Chero Morales, lamenta esta situación. “Con mucho pesar, lamento, y hasta da tristeza que nuestro proyecto (Reservorio de Yapatera) no sea viable”, nos comenta el dirigente agrario con tristeza.

Sin embargo, la gente no se queda con los brazos cruzados, pues necesitan el agua. Por ello, don Segundo Chero nos comparte una propuesta: los barrajes sumergibles, unas estructuras colocadas en la base de la orilla del río que proteja su cauce y evite que se socave.

CHARANAL

A más de nueve kilómetros al sureste del río Yapatera se encuentra el río Charanal, otro de los afluentes del río Piura, en la provincia de Morropón. Al igual que el Yapatera, el Charanal solo se activa en temporadas de lluvia. El resto del año solo encontramos tierra, piedras y rocas.

Río Charanal – Foto: Scarlett Cardoza (Cutivalú)

Sin embargo, cuando el río Charanal tiene fuertes caudales, se desborda y arrasa con miles de hectáreas de cultivos, tal como ocurrió en marzo de este año. Así le cuenta a Cutivalú don José Patiño Castillo, un joven agricultor y padre de dos niños, que perdió más de nueve hectáreas de limón, cacao, y plátano. Todo quedó sepultado con arena y lodo.

“El río Charanal comenzó a desbordarse, entró en la parte honda de mis hectáreas y fue llevándose las raíces de las plantaciones (…) Ahí perdí un capital de 200 mil soles, aparte de la limpieza del terreno que tuve que hacer antes de sembrar”, nos cuenta José Patiño, mientras nos señala la parte de su parcela por donde ingresó el río.

Don Melanio Patiño Córdoba es el padre de José. Mientras escucha a su hijo, mira con mucha preocupación sus dos únicas hectáreas de cacao, mango y limón. Si bien no sucumbieron ante el río Charanal en marzo de este año, el riesgo está latente, pues la arena y el lodo de las zonas aledañas han dejado mucho más desprotegida su parcela.

Melanio Patiño Córdova, agricultor – Foto: Scarlett Cardoza (Cutivalú)

“En un año bueno [Altos caudales por lluvias] puede irse para mi parcela y hasta se pasa a Batanes (…) Casi todos los años se sale el río, y eso que esta vez solo fue una crecida”, manifiesta don Melanio Patiño, con mucha preocupación.

Ambos agricultores también ven con buenos ojos la construcción de los reservorios, pues están convencidos de que el río Charanal no se desbordará durante grandes caudales. Y el agua almacenada les ayude a afrontar épocas de sequía.

Diez kilómetros más arriba de Charanal se encuentra el caserío San Pedro, donde está la quebrada Las Damas. Aquí se pretende construir otro de los reservorios. En el camino, el expresidente de la Comisión de Regantes del Charanal, Hernán Ramírez Berrú, nos advierte de lo que es capaz el río con un Niño Costero.

Hernán Ramírez, agricultor – Foto: Scarlett Cardoza (Cutivalú)

“Estamos en un enorme riesgo. El río Charanal se saldría y se perderían dos mil hectáreas, y Batanes desaparecería (…) Y si no hacen unas defensas para mitigar, estaríamos hablando de una catástrofe”, nos señala Hernán Ramírez, quien pide como medida rápida el reforzamiento de las defensas con rocas, por lo menos.

Pero no solo el sector agrícola es afectado. Los que también son golpeados por la falta de agua son los ganaderos del Alto Piura, que pierden miles de cabezas de ganado por la sequía que se registra a partir de mediados de cada año.

Wilberto Castillo Silva, ganadero de Villa Batanes – Foto: Scarlett Cardoza (Cutivalú)

Don Wilberto Castillo Silva, un ganadero de Villa Batanes, a siete kilómetros del distrito de Chulucanas, actualmente tiene 87 cabezas de ganado caprino. Sin embargo, lamenta que, desde mediados de este año, la falta de agua le ha costado la vida a 12 de sus chivos, perdiendo la cuantiosa suma de 3,000 soles.

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A seis kilómetros más arriba de Batanes están los agricultores y ganaderos del centro poblado de Talandracas, quienes mantienen la esperanza en la posible ejecución de un reservorio que les permita aprovechar el agua de las lluvias para irrigar unas cinco mil hectáreas y mejorar su actividad ganadera. En esta zona se cultiva mango, limón, arroz y maíz. Un considerable 20% de la población se dedica a la actividad ganadera.

“Nosotros ahorita estamos sufriendo porque cuando no hay lluvias, todo se seca. Solo tenemos agua de los canales por turnos (…) Cuando los años son buenos, podemos solventar nuestra economía (…) Pero, desde el 2017 [Niño Costero] ya no vemos producción de algarroba [fruto emblemático de Piura y alimento para el ganado], los algarrobos ya no producen”, lamenta el presidente de la Asociación de Pequeños Ganaderos de Pueblo Nuevo de Talandracas, Leonidas Córdova Rojas.

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Frente a esta escasez de agua una de las alternativas es el uso de pozos subterráneos.  Sin embargo, el expresidente de la Junta de Usuarios del Alto Piura, Teddy Ubillús Olemar, detalla que 60 pozos tubulares ya han cumplido su vida útil.

“Llueve los tres primeros meses del año y luego ya no tenemos agua para regar los sembríos. No tenemos infraestructura adecuada (…) Un agricultor debe contar con hasta mil soles mensuales para irrigar una hectárea de cultivo. Es muy caro”, nos cuenta el exdirigente agrario, quien a la vez nos informa que se viene gestionando la electrificación de pozos subterráneos para irrigar sus cultivos a menos precio.

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LOS DEMÁS RESERVORIOS

Los reservorios de Yapatera y Charanal forman parte de la propuesta del manejo integral del río Piura. El expresidente del Consejo de Recursos Hídricos de Piura, Ronald Ruíz Chapilliquén, explica que uno de los fines de esta propuesta es conservar el agua en reservorios desde la naciente del río Piura. Por ello, los otros reservorios considerados son los de Mamacocha, Corral del Medio, Bigote y La Maravilla, todos ellos en la provincia de Morropón.

En la propuesta recuperamos algunos proyectos que ya tenían perfiles, incluso los dejamos con la dirección del Proyecto Alto Piura a nivel de expedientes técnicos, y dentro de una visión integral, para saber si contamos con el recurso hídrico suficiente o vamos priorizando por partes”, explica Ruiz Chapilliquén.

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Efectivamente, los proyectos de reservorios forman parte del IV Componente del Proyecto. Sin embargo, hasta la fecha no ha habido un notorio avance. Así lo perciben distintas autoridades y dirigentes agrarios, quienes pidieron en su momento que estos reservorios pasen a formar parte del Plan Maestro del Manejo Integral del río Piura, importante megaproyecto a cargo, ahora, de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios – ARCC.

Cutivalú dialogó con la directora ejecutiva de la ARCC, Amalia Moreno Vizcardo, quien aclaró que la entidad que dirige no puede considerar dentro del plan la construcción de los reservorios, porque las competencias con las que fue creada la ARCC no se lo permiten. Sin embargo, la funcionaria reveló que vienen realizando los trámites legales para que la ARCC sea habilitada y pueda construir, por lo menos uno o dos de los reservorios.

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De todos modos, la funcionaria espera que las autoridades regionales y locales puedan ejecutar los reservorios que tanto anhela la población piurana.

Pero, ¿solo los reservorios ayudarán a evitar las inundaciones y afrontar la sequía que cada año vive la región Piura?

Si bien los reservorios son una infraestructura necesaria, hay otro camino que ayuda a solucionar este problema. Los especialistas llaman a esta otra alternativa la infraestructura verde o infraestructura natural. Se trata de la reforestación.

LA REFORESTACIÓN COMO ALTERNATIVA

Cutivalú dialogó con María Sofía Dunin-Borkowska G., ingeniera forestal de la Universidad de Piura, quien nos explicó lo importante que es la reforestación. «Sin vegetación [reforestación] el agua de lluvia llega directamente al suelo y con la misma fuerza de agua se lleva el suelo, formando un charco que se va a mover formando un riachuelo, arrastrando toda la tierra que encuentra, formando sedimento», manifiesta la experta. 

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De esta manera, María Sofía también explica que sin la reforestación los reservorios se sedimentarán y a la larga no serían útiles al 100%. Además, advierte que las zonas donde se ubican la mayoría de estos reservorios son áreas con poquísima vegetación, corriendo el riesgo de que estos reservorios almacenen agua con sedimento, con lo cual, a largo plazo, disminuirá su capacidad.

“Esos reservorios están en cuencas casi secas, sin vegetación. Por eso, antes de instalar un reservorio se debe pensar en cubrir esas laderas, que, incluso, solo recibirían agua de la lluvia de verano, por lo que, para el resto del año, se debe ver cómo con agua del mismo reservorio se riegan esas laderas”, advierte la ingeniera forestal.

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Las autoridades y dirigentes agrícolas apuntan a paliar la sequía principalmente con la construcción de reservorios. Sin embargo, el secretario del Fondo Regional del Agua – FORASAN Piura, Fausto Ascencio Díaz, sostiene que la sequía también puede ser mitigada con la reforestación.

“Con estos árboles reforestados, el agua de la lluvia ya se retiene en los troncos y raíces, y ya no se va directamente por el suelo hacia el cauce del río, sino se va infiltrando y se retiene en el subsuelo para en el futuro ser usada durante la sequía”, explica Fausto Ascencio.

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La otra gran preocupación son las inundaciones provocadas cuando el caudal del río Piura se incrementa con las intensas lluvias, como ocurrió durante el Niño Costero del 2017. Si bien las autoridades proyectan construir defensas ribereñas en la parte baja de Piura, para el ingeniero Fausto Ascencio la solución también estaría en la reforestación.

“[La reforestación] va a evitar que el agua de lluvia que cae corra con tanta velocidad y genere las inundaciones; es decir, regula la fuerza del agua y la va amortiguando, disminuyendo su velocidad y nivel”, explica el especialista.

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Si bien, en la región Piura hay avances de algunos proyectos de reforestación, lamentablemente, lo que falta y se necesita es titánico.

Uno de esos significativos aportes es ejecutado desde el Fondo Regional del Agua – FORASAN, una iniciativa que busca una mejor gestión del agua en la cuenca del Chira – Piura, a través de la conservación de los ecosistemas y la cultura del agua.

Uno de los últimos proyectos ejecutados por el FORASAN tiene que ver con protección y reforestación de las nacientes de agua como los páramos y bosques nublados de Piura. Este proyecto benefició a 510 familias de los distritos de Pacaipampa y Ayabaca, en la sierra de Piura, y se reforestó más de 160 hectáreas de bosques de conservación y bosques comunales. También se instaló un sistema de monitoreo hidrológico para medir los impactos de la reforestación.

Juana Guerrero Silva es una pequeña agricultora que es consciente de que la reforestación no solo les beneficia a ellos que viven en la sierra piurana, sino también a la población de la costa, parte baja de la región, que enfrenta mayores riesgos con las inundaciones.

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Otro de los pequeños agricultores que es consciente de la importancia de la reforestación es don Juan Rojas Campos, sobre todo durante temporadas de sequías. “[La reforestación] es una gran ventaja porque ha mejorado nuestra economía porque hay hierba para que las vaquitas sigan produciendo leche”, cuenta Rojas Campos.

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Si bien este proyecto es un importante aporte, el secretario técnico del FORASAN, Fausto Asencio Díaz, reconoce que el reto es titánico, sobre todo porque en la cuenca del río Piura se necesitan reforestar más de 400 mil hectáreas.

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Otro proyecto de reforestación es el que ejecuta el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado – CIPCA en la microcuenca de Singucate, en el distrito de Canchaque, en Huancabamba. Se trata del proyecto “Mejora de los Servicios de Regulación Hídrica, Conservación de Suelos y Bosques en la Microcuenca Singucate”.

El coordinador de este proyecto, Wilmer Bermejo, nos explica que buscan solucionar una problemática vinculada a la deforestación, producto de la quema de bosques por parte de los mismos agricultores para ampliar los campos de cultivos. Se trata de ir generando conciencia ambiental. También esperan contrarrestar la escasez de agua durante la sequía, pues esto impide cultivar café y plátano, así como contar con pastos para el ganado.

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Si bien este proyecto es destacable, Wilmer Bermejo también es consciente de lo muchísimo que falta para consolidar la reforestación en la región Piura.

La propuesta para el manejo integral de la cuenca del Chira Piura también propone trabajar la reforestación. Este primer componente nos lo explica el expresidente del Consejo de Recursos Hídricos sobre el Manejo Integral del río Piura, Ronald Ruíz Chapilliquén.

“Un primer componente del plan es la forestación-reforestación (…) Encontramos 11 proyectos entre perfiles y proyectos de inversión para reforestar la cuenca. Se estima que hay 200 mil hectáreas deforestadas en la cuenca Piura, como eso está deforestado la lluvia cae, no encuentra un sostén y se lleva con erosión todo el suelo que aparece después colmatando el río”, explica el especialista, quien recomienda a las autoridades otorgar presupuestos y trabajar con la comunidad para fomentar la reforestación.

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Por su parte, el presidente de la Junta de Usuarios del Alto Piura, Manuel Núñez Pallela, sostiene que los agricultores son conscientes que la construcción de los reservorios no sería suficiente para garantizar la disponibilidad del agua. Sin embargo, el dirigente agrario lamenta que, por el momento, el impedimento para promover la reforestación sería la falta de recursos económicos.

“Hace un mes hemos firmado un convenio con la comunidad campesina de Cujaca en Ayabaca (…) Consideramos que nosotros mismos tenemos que generar recursos para pagar un monto por hectárea, pero ahorita no podemos ejecutar un programa de reforestación porque no tenemos fondos para ello», manifiesta el presidente de la Junta de Usuarios del Alto Piura, Manuel Núñez.

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Para el expresidente de la Junta de Usuarios del Alto Piura, Teddy Ubillús Olemar, al igual que los reservorios, es importante que se priorice la reforestación, no solo en la parte alta de la región Piura, sino también, en la parte media de la cuenca, sobre todo en las laderas de los ríos.

“No todo son reservorios (…) [La reforestación] está en el Plan Integral del Manejo del Río Piura. Es fundamental reforestar, no solo la parte alta, sino también la cuenca media. Es importante que las defensas ribereñas sean naturales, con bambú, caña brava o sauce en el encauzamiento de los ríos, esto es fundamental”, indicó el exdirigente agrario, quien enfatizó que el Ejecutivo debe impulsar estos proyectos mediante la modalidad de Gobierno a Gobierno, tal como se realiza el Plan del Manejo Integral del río Piura.

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El componente reforestación también será incluido en el Plan Maestro del Manejo Integral del río Piura. Así lo confirmó a Cutivalú la directora ejecutiva de la ARCC, Amalia Moreno Vizcardo, quien explicó que este componente tiene un enfoque social, pues la idea es que, con la reforestación, las comunidades puedan también generar un ingreso económico.

“¿Por qué nos pasó el fenómeno del Niño? ¿Por qué cada determinado periodo de tiempo viene un Niño cada vez más fuerte? Porque estamos de espaldas al cuidado de la naturaleza, al cambio climático. No lo estamos viendo con preocupación”, señala Amalia Moreno.

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Por el momento, la ARCC informó que vienen recogiendo la información técnica de campo para determinar qué especies y áreas de Piura se necesitarán reforestar con prioridad.

No hay duda de que las autoridades deben considerar con mucha más importancia la reforestación. Por ello, la ingeniera forestal de la UDEP María Sofía Dunin recomienda identificar las áreas más deforestadas de la región para reflexionar sobre su uso. Además de pensar en que la reforestación también les permitirá cuidar las vías, calles, canales, pues las inundaciones se reducirían.

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Por su parte, la especialista Ninel Dediós, recomienda a las autoridades “conocer la realidad de la región”, pues de esa manera identificarán qué zonas necesitan ser reforestadas para así evitar desastres como lo ocurrido en marzo del 2017.

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A eso se suma, una mayor concientización de cada uno de nosotros para cuidar una planta, un árbol y toda área verde que necesita ser protegida.

La lucha es titánica. Enfrentar los impactos de las inundaciones y sequías en Piura requiere ampliar la mirada hacia las alternativas que nos ofrece la infraestructura natural, como la reforestación. Todo sea por cuidar nuestra querida naturaleza, nuestra Madre Tierra.

Dato:

  • Esta crónica fue elaborada con el apoyo financiero del Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica (INSH) a partir de la participación de los autores en el «Programa de Capacitación de Periodistas: En Busca de la Sostenibilidad para la Seguridad Hídrica» implementado con el apoyo de la Fundación Gustavo Mohme Llona.
  • El proyecto INSH es promovido y financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Gobierno de Canadá y liderado por Forest Trends junto a sus socios Condesan, SPDA, EcoDecisión y el Imperial College de Londres. Las opiniones expresadas en esta crónica son las de los autores y no reflejan necesariamente las opiniones de USAID, el Gobierno de Canadá, ni de las organizaciones implementadoras del Proyecto INSH.