Expertas en nutrición y pediatría advirtieron que el consumo de fórmulas para bebés podría desencadenar diversas enfermedades en los más pequeños de la casa.
Miriam Gonzáles, nutricionista del Programa de Acompañamiento a Familias CIB, y la pediatra Rosa Ambulay comparten la idea de que estos productos sustitutos de la leche materna pueden ser causantes futuras complicaciones en la salud de quienes consumen estos productos.
Para Gonzáles, una lata de leche en fórmula equivale a una botella de gaseosa. “Recuerdo en alguna investigación, cuando salió el tema de los octógonos, hicieron un comparativo y expresaron que la cantidad de azúcar (de las fórmulas) era mayor que una gaseosa”.
Asimismo, la pediatra Rosa Ambulay indicó que el consumo recurrente de estos productos están asociados principalmente al desarrollo de un cuadro de anemia en niños, y por consiguiente, diferentes perjuicios en la salud.
“Incluso (las fórmulas) no tienen los beneficios completos, además de que adicionan riesgos por el exceso de azúcares y por ello debemos darle a la población una información completa; para que sepan que ciertas fórmulas son dañinas para la salud de futuros niños y adultos”, dijo la pediatra.
Entre las graves consecuencias, Ambulay expresó, se encuentran futuras dificultades en el aprendizaje del menor tras sufrir daños a nivel neurológico, provocados por una mala alimentación. Asimismo, existen las probabilidades de que se desarrollen alergias alimentarias tras únicamente consumir sucedáneos a la leche materna.
A largo plazo pueden surgir enfermedades como el asma, rinitis; así como enfermedades crónicas, entre ellas, la diabetes, la obesidad y graves daños renales, alertó la pediatra.
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