Siete de cada 10 peruanos es permisible a la corrupción, estima psicólogo

José Ramírez Alva señala que hay una explicación científica sobre la permisividad a la corrupción.

Psicólogo José Ramírez, docente de la UCV Piura.

Un promedio de siete de cada diez peruanos es permisible a la corrupción, según una estimación del psicólogo José Ramírez Alva. Esta preocupante cifra es señal de que la corrupción es uno de los principales problemas del país.

Sin embargo, la pregunta es si esto tiene una explicación para entender por qué los peruanos somos tan permisibles a esta lacra social.

El psicólogo  Ramírez argumenta una explicación científica y social a esta enorme permisividad de los peruanos con la corrupción: desde el punto de vista neurobiológico, la existencia de la amígdala cerebral, una estructura en nuestro cerebro donde se registra el miedo que sentimos cuando cometemos un alto ilegal.

José Ramírez sostiene que en la medida que una persona salgo airoso y no sea sancionado, tras realizar una mala acción, la activación del miedo en la amígdala cerebral va ir despareciendo.

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Es decir, que mientras el corrupto no sea castigado como debe ser, va ir perdiendo el temor a ser más corrupto. Pero lo peor es que esta persona va a ir mejorando sus acciones delictivas y no lo va a hacer sólo, sino que tejerá redes de corrupción con otras personas afines a sus intereses, según sostiene el psicólogo.

Pero la explicación a esta tolerancia del peruano a la corrupción tiene un asidero social. En ese sentido, la conocida frase “roba, pero hace obra” es el fiel reflejo de este punto de vista.

Para el psicólogo José Ramírez, los peruanos nos hemos acostumbrado a compadecernos del corrupto, debido a que somos cómplices de la corrupción. Claro ejemplo de ello es que cuestionamos muchas veces grandes casos de corrupción, cuando también lo somos con son simples acciones como el coimear a un policía.

El especialista asegura que en otras sociedades ser corrupto es lo peor, por lo que es expectorado del grupo social. Sin embargo, en el Perú, muchas veces se intenta justificar estas malas acciones. “Nosotros los perdonamos. Como veo que lo van a castigar (al corrupto), entonces me sensibilizo con él”, manifiesta José Ramírez.