Economía circular, una alternativa para salvar nuestra «casa común»

Por Nidia Coronado Cornejo, especialista de emprendimiento del proyecto «Mujeres trabajando por la igualdad» 

¿Qué haces con una licuadora, lavadora o cocina vieja que ya no tiene reparación? ¿Se les puede dar un segundo uso? ¿o terminarían en un basurero contaminando el ambiente junto con millones de desechos? ¿Sabías que generamos diez mil millones de toneladas de residuos al año, mucho más de lo que nuestro planeta puede soportar?

Lo ideal es que los productos que usamos, estuvieran diseñados para durar muchos años y no se vaya nada a la basura para no perjudicar el medio ambiente.

Científicos y científicas, ambientalistas, asociaciones, ONG y hasta gobiernos informan sobre las gravísimas consecuencias en el presente y futuro de la extracción, producción y desperdicio de productos en el mundo llegando al límite de dañar la capa de ozono, lo que origina el calentamiento global, y, por ende un sin número de eventos naturales que ponen en riesgo a nuestra casa común (planeta tierra), hoy por hoy ya estamos observando estos efectos en nuestro departamento de Piura.

Ante esta situación, nace la economía circular como una salida necesaria para redefinir lo que es el crecimiento y desarrollo, sus beneficios y todo ello en contraparte a los resultados de los modelos económicos tradicionales que promueven la sobreexplotación, contaminación y consumismo irracional que dañan, no solo al planeta en su conjunto, sino a quienes vivimos en él.

En ese sentido, su objetivo es aprovechar al máximo los recursos materiales de los que disponemos alargando el ciclo de vida de los productos, la idea surge de imitar a nuestra naturaleza, donde “todo tiene valor y todo se aprovecha”, donde los residuos se convierten en un nuevo recurso. Así, se logra mantener el equilibrio entre el progreso y la sostenibilidad, de tal manera que los recursos se mantengan en la economía el mayor tiempo posible y los residuos que generamos puedan servir de materia prima para otras industrias.

Esto está implicando tomar conciencia de que es necesario en nuestros roles como productores y/o consumidores, que cuidemos nuestra casa común: “el planeta tierra” y reflexionar apostando hacia fuentes renovables y a la cultura del reciclaje para lograr un desarrollo sostenible, equilibrado y justo. Es allí donde los 3 principios de la economía circular cobran sentido: eliminar residuos y contaminación desde el diseño de los bienes materiales, mantener productos y materiales en uso y regenerar sistemas naturales, el reto es estimular el crecimiento económico y generar empleo sin comprometer al medio ambiente, posicionándose como piedra angular para una recuperación económica resiliente y con bajas emisiones de carbono.

Podemos observar que los productos tienen una fecha de vencimiento y rápidamente se transforman en desechos, las personas fácilmente lo descartan o por ejemplo se elaboran, procesan y fabrican productos, sin tomar conciencia de que los gases tóxicos o residuos propios de la fabricación, ya están perjudicando el planeta.

¡Tomemos Conciencia y empecemos a desarrollar La Economía Circular, nuestra Casa Común, te lo pide a gritos!