- Por Rogger Valle
Cuatro adolescentes de 13, 14, 16 y 17 años provenientes de Villa Vicús, a cinco minutos del sector del Km 50, en Chulucanas, desaparecieron el pasado miércoles 28 de octubre. Sus desesperados padres acudieron a la comisaría del Km 50 para interponer la denuncia respectiva. Sin embargo, no solo tuvieron que lidiar con el miedo del cual eran presas, sino con la indignación que les ocasionó la pasividad con que la Policía atendía su denuncia, tal como lo cuenta Willy Chávez, uno de los padres de familia.
Al ver que la Policía no actuaba como debe ser, don Chávez acudió a las rondas campesinas de Villa Vicús, quienes sin pensarlo dos veces salieron a buscar a las menores, encontrando a una de ellas en La Matanza, Morropón. El presidente de las Rondas de Villa Vicús, Luis Prado García, señala que la menor, algo confundida y sin dar mayores detalles, sólo dijo que «habían estado con unos muchachos».
Luego de ello, las rondas campesinas continuaron con la búsqueda hallando a las otras tres niñas en la ciudad de Paita, a una cuadra del mercado central de esta ciudad. Luis Prado detalla que aquí se halló a las menores en compañía de un adolescente de 17 años, natural de La Matanza.
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El dirigente ronderil acusa a la Policía de no haber activado el protocolo de búsqueda inmediata, razón por la cual las rondas campesinas tuvieron que recurrir a la Comisión Regional de Prevención de Trata de personas, por el bien de las menores.
La directora de la ONG Centro Ideas, Milagros Mendoza, integrante de esta Comisión Regional, contó a Cutivalú que, una vez enterados del tema, rápidamente llamaron a la Defensoría Municipal del Niño y Adolescente de La Matanza para que se contactaran con la comisaría de este distrito e inicie las acciones correspondientes.
Para Mendoza la nula reacción de la Policía ante estas desapariciones es preocupante, sobre todo porque está de por medio la vida de la víctima. “Lamentablemente uno, muchas veces tiene que hacer presión, porque si no hay presión, muchas instancias del Estado peruano no funcionan”, manifiesta.
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Cutivalú se contactó con la Defensoría Municipal del Niño y Adolescente – DEMUNA de La Matanza. La jefa de esta entidad, Marcia Yovera Ramírez, confirmó que los dirigentes ronderiles le informaron del hallazgo de una de las niñas en este distrito. Pero, al llamar a la comisaría de La Matanza, le dijeron que desconocían la denuncia. Como defensora de los derechos de los menores de edad, la funcionaria se comprometió a hacer el seguimiento del caso.
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El dirigente ronderil Luis Prado pide una exhaustiva investigación de este hecho, pues asegura que los efectivos policiales sólo recogieron las declaraciones del adolescente con quien se les encontró a las menores y luego de ello, fue enviado a su vivienda en La Matanza. Pide a las autoridades el acompañamiento emocional a las menores por parte de un psicólogo o psicóloga.
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A este pedido se sumó el señor Willy Chávez, padre de una de las adolescentes que estuvo desaparecida, pues está preocupado sobre los peligros a lo que han estado expuestas las niñas durante los seis días que no se supo nada de su paradero.
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Riesgo en el Alto Piura
Para la directora del Centro Ideas, Milagros Mendoza, este caso es muy preocupante pues alerta de un alto riesgo de desapariciones de este tipo en zonas alejadas y pobres del interior de la región, sobretodo por la crisis económica que se vive a causa de la covid 19, y que es aprovechada por las mafias de tratantes de personas.
A eso se suma los problemas que hay detrás de estas desapariciones que impulsan a una menor a abandonar su hogar. “Detrás de todo esto hay que ver por qué quieren salir. Al parecer hay otros problemas: necesidades económicas o casos de violencia”, explica la especialista.
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La especialista en prevención de trata de personas, Ortelia Valladolid Bran, sostiene que el mal abordaje de la Policia sobre un caso de desaparación se debe a tres factores: desconocimiento de la magnitud de las consecuencias que puede provocar la desaparición de una persona, como por ejemplo, un caso de trata de personas.
Falta de sensibilización de los efectivos policiales del caso que se denuncia. “No me importa, como no soy yo, es un delito que puede generar líos, entonces lo dejo”, manifiesta Valladolid. A ello se suma la normalización de estas desapariciones debido a la cultura machista que se tiene ante la desaparición de una mujer.
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Si es que un policía no atiende rápidamente una denuncia de desaparición, el familiar puede llamar a la línea gratuita de la Defensoría del Pueblo 0 – 800 – 15 – 170, para denunciar al efectivo policial por contravención, es decir, por incumplimiento de sus funciones, sobre todo si son menores de edad las desaparecidas. Valladolid Bran recordó que la normativa ordena que la intervención policial debe ser rápida y oportuna, sea cual fuere el motivo de la desaparición.
Otra opción es acudir a la Defensa Pública, adscrita al Ministerio de Justicia, donde se le asignará de manera gratuita un abogado o abogada para el acompañamiento legal correspondiente.
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En reiteradas oportunidades, Cutivalú se contactó con la comisaría de Chulucanas desde donde señalaron que la comisaría del km 50 no cuenta con un número telefónico para comunicarse. Sin embargo, aseguraron que reportarían estas acusaciones a la dependencia policial en cuestión para los descargos correspondientes. Hasta el cierre de esta nota no dieron una respuesta.
Desde la comisaría de La Matanza, señalaron que responderían estas acusaciones, pero no volvieron a responder nuestras llamadas.
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