Por: Miguel Márquez, especialista de gobernabilidad del Proyecto «Voces por la igualdad».
Podemos afirmar que la escuela es el ambiente donde se aprende a convivir entre alumnas y alumnos con diversas personalidades, la educación peruana tiene como finalidad contribuir a formar una sociedad democrática, solidaria, justa, inclusiva, próspera, tolerante y forjadora de una cultura de paz. El primer jueves de noviembre de cada año se conmemora el “Día internacional contra la violencia y el acoso escolar” y lamentablemente las cifras en nuestro país reflejan que de enero a septiembre del 2022 se reportaron 1,131 casos de bullying, de acuerdo con el Sistema SíseVe del Ministerio de Educación (Minedu). En teoría, esto significa un promedio de 9 a 10 casos que se reportan al día en escuelas del Perú.
Actualmente, la influencia de las redes sociales ha permitido que se difundan, se imiten y se tomen de ejemplo comportamientos agresivos. A su vez, las víctimas que sufren acoso, a menudo presentan diversas consecuencias como: depresión, ansiedad y aislamiento social, por ende la implementación de políticas de prevención como enfoque de género, ética y valores que se debe inculcar en las escuelas y hogares siendo fundamental para identificar y combatir un problema de acoso escolar.
Un golpe que se repite, una burla que denigra, son muchas formas de ejercer y sufrir violencia entre iguales y muchas formas de tratar de acabar con ella. Es una responsabilidad conjunta de la comunidad educativa, los padres y los compañeros evitar que el acoso escolar siga existiendo.