«Somos la mitad del mundo, pero no tenemos la mitad del poder» [OPINIÓN]

Por: Lady Sánchez Silva

Hace 65 años (apenas) y después de una larga e incansable lucha, las mujeres votaron por primera vez en el Perú. Hoy, tenemos la obligación histórica de continuar esa lucha, pero ya no para poder elegir, sino por nuestro derecho a ser elegidas.

Y es que, muchos dirán que esta afirmación es pretenciosa, que las mujeres pueden ser elegidas, pero que la política simplemente no nos interesa, o en el peor de los casos no dirán, sino que, simplemente nos ignorarán estando presentes y seguirán comportándose (consiente o inconscientemente) como si la política “no estuviera hecha para mujeres”.

Pero aquí, la idea no es buscar culpables, sino, reconocer el enorme potencial que tenemos para conducir el destino de nuestras organizaciones políticas, sindicales o para gobernar el país, pero tampoco podemos ocultar o desconocer las enormes limitaciones que tenemos las mujeres para cumplir estas tareas.

La lucha ha sido ardua, hemos avanzado, la aprobación de la Ley de paridad y alternancia es un ejemplo de ello (aunque muchas no estemos en la misma página sobre lo que significa esta Ley en materia de participación política para las mujeres); sin embargo, seguimos siendo la mitad del mundo, pero aún no tenemos la mitad del poder.

En las últimas elecciones generales, por ejemplo, gracias a la aplicación de la Ley de paridad y alternancia, se obtuvo la mayor cifra de mujeres electas como congresistas en los últimos años, pero lamentablemente, aún fueron 47 de 120. No podemos permitir que nos sigan diciendo que queremos un “cupo” de participación política “solo” por ser mujeres sin tener la capacidad, por que esa es una mentira que nos han hecho creer por mucho tiempo, o que ser mujer no le garantiza representar a nadie, que esa ya es otra historia de la que los hombres tampoco se salvan.

No solo es cuestión de hacer valer nuestros derechos, sino que también es un tema de representatividad, si somos la mitad de la población, ¿por qué no tenemos la mitad de mujeres legislando o gobernando?

Es momento de empezar a creer y confiar en nosotras, debemos buscar y disputar espacios de participación política, pero no podemos olvidarnos de algo importante, de la otra mitad, de los hombres.

Debemos empezar a involucrar mucho más a nuestros esposos, compañeros, o amigos, sensibilizarlos, para que entiendan la importancia de las pequeñas o grandes actitudes, como no quedarse en silencio ante la violencia política o sexual contra alguna compañera, porque eso hace que muchas mujeres quieran renunciar o que finalmente lo hagan por no estar dispuestas a pasar por años de acoso sistemático, que muchas veces termina en casos de violencia que ahora se ven, pero que siempre han existido.

Luchemos por nuestro derecho a participar en política, por nosotras, por nuestro país al que tanta falta le hacen las mujeres en el poder, pero sobre todo por las nuevas generaciones de niñas que no pueden seguir creciendo con tantas desigualdades.

En las próximas elecciones municipales y regionales que se acercan, atrevámonos a defender nuestro derecho a elegir, pero sobre todo a ser elegidas, disputemos espacios, demos la pelea, por más cuesta arriba que tengamos el camino.

“Después de denunciar que era maltratada, me fortalecí y ahora acompaño a otras mujeres para romper el círculo de violencia”