«El sistema judicial está diseñado para que las buenas personas no accedan»

El abogado Federico Chunga Fiestas analizó el escándalo de corrupción en torno al Consejo Nacional de la Magistratura.

Foto referencial.

El abogado piurano Federico Chunga Fiestas, especialista en derechos humanos y colaborador de CUTIVALÚ, señaló este miércoles que el sistema judicial de nuestro país tiene un complejo diseño que no permite o dificulta a las personas con verdadera ética acceder a los altos cargos.

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Ello en referencia a los indicios de negociados y tráfico de influencias revelados en audios protagonizados por altos magistrados, principalmente del Poder Judicial y el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM).

“Dentro de los organismos hay jueces y fiscales honestos, pero la realidad nos indica que no son la mayoría. Estos audios demuestran que quienes deciden los casos importantes y tienen mayor influencia son personas que no tienen los méritos éticos. El sistema está hecho para que la gente buena no acceda al Estado”, manifestó.

«Se ha perdido el sentido de trabajar en el Estado para brindar un servicio público»

Chunga añadió que el Congreso de la República también es responsable de esta situación, pues no ha puesto en agenda el debate sobre un nuevo y mejor mecanismo para elegir a los magistrados del CNM.

Por ello, propuso una reforma integral del sistema y no solo un cambio superficial. Para comenzar, que al menos 3 de los 7 magistrados del CNM sean elegidos a través de un concurso público de méritos. «También hay una propuesta de volver al sistema anterior, en el que cada poder del Estado coloque a aun miembro», indicó.

Otra consideración de Chunga Fiestas es que una comisión extranjera liderada por las Naciones Unidas se encargue por única vez de las designaciones, como ha ocurrido en Guatemala o Colombia con casos similares. Para cualquiera de los casos descritos, el especialista abogó por un cambio en la Constitución.

En cuanto a la ciudadanía, el abogado Federico Chunga consideró que la indignación «debe pasar a la acción», ya que la presión social (en las calles, por ejemplo) impulsará una verdadera reforma estatal. «Caso contrario, la crisis pasará, pero la corrupción continuará», finalizó.