La comunidad de Piura se viste de luto al despedir a Máximo Córdova Cruz, quien a sus 86 años falleció tras seis décadas de peregrinación inquebrantable hacia la festividad del Señor Cautivo en la provincia de Ayabaca lo convirtieron en un símbolo de devoción.
Desde 1965, Córdova emprendía una travesía de más de 190 kilómetros para llegar a la provincia y participar en la celebración del 13 de octubre en honor al Cristo Moreno.
A pesar de su avanzada edad, su determinación y espiritualidad lo impulsaban a completar este recorrido año tras año.
Miembro destacado de la hermandad de Sullana, Máximo Córdova se convirtió en uno de los primeros peregrinos que forjaron el camino de la fe católica en la región. Sus compañeros de peregrinaje expresan su pesar por la pérdida de un hombre que, a través de su ejemplo, inspiró a muchos a seguir la senda de la devoción.
La comunidad se une para rendir homenaje a este fiel creyente, recordando su legado como un faro de fe y compromiso. Máximo Córdova Cruz descansa ahora, pero su memoria perdurará en la esencia de aquellos que compartieron su camino y en el corazón de una comunidad que le rinde tributo con respeto y admiración.
Festividad
Vale mencionar que la festividad del Señor Cautivo se celebra desde el 12 hasta el 14 de octubre, atrayendo a miles de devotos a Ayabaca para participar en diversas actividades.
La historia del Señor Cautivo se remonta a 1751, cuando el sacerdote español García Guerrero encargó la creación de la imagen a tres hombres vestidos con ponchos blancos. Esculpirían la figura del Nazareno a partir de un tronco de cedro que brotó sangre tras un hachazo, encontrado en el cerro Zahumerio de Jililí.
Los escultores impusieron estrictas condiciones, como la reserva sobre su presencia y la entrega de alimentos solo al amanecer. Al romperse estas condiciones, los pobladores descubrieron la escultura del Señor Cautivo, con las manos cruzadas, y la comida intacta.