Los pobladores del asentamiento humano Los Tallanes, en el distrito de Catacaos, están expuestos a altos niveles de contaminación debido a los desagües que están aflorando. Esta desesperante situación ha conllevado a que los vecinos hayan realizado denuncias, las cuales aún no tienen solución alguna.
Este problema ya tiene más de un mes, el agua residual afecta con los malos olores, hay propagación de zancudos y los niños presentan enfermedades, dijo una de las moradoras, quien pidió el actuar de inmediato de las autoridades.
“Tenemos más de un mes. Todo el buzón está rebotando aguas servidas. Aquí no se puede almorzar. Hay muchos niños enfermos, personas mayores de tercera edad con dengue. Gracias a Dios tenemos un dren pluvial que descargan estas aguas servidas, sino lo hubiera, estuviéramos inundados”, dijo el exdirigente vecinal Pedro Chero Sernaqué.
Manifestó, además, que ya han presentado reclamos ante EPS Grau, pero aún no tienen una solución. “Ya hemos ido a conversar con la empresa aquí en Catacaos. Nos dicen que este problema se debe a que el motor de la cámara de bombeo se ha quemado y por motivos también de Enosa de que la baja energía que viene al motor lo quema, pero no nos dicen cuándo traerán un motor nuevo”, acotó.
Cabe precisar que este problema también se evidencia en otros buzones del mismo asentamiento Los Tallanes como en Lucas Cutivalú. Sin embargo, es en la calle José Olaya, de Los Tallanes, donde un buzón viene desbordando aguas servidas como si de una pileta se tratara, siendo un foco infeccioso que atenta con la salud de niños, adultos mayores y demás moradores.
Sin agua desde el 2017
Otra de las moradoras, Dolores Sandoval Ramos, mencionó que, a raíz de la inundación que sufrieron producto de la salida del río Piura, en el 2017, todos los vecinos no cuentan con agua potable en el interior de sus viviendas. Desde aquel entonces, ni la Municipalidad Distrital de Catacaos, ni la EPS Grau brindan alguna solución.
Ante la falta del recurso hídrico, Sandoval señaló que tuvieron que hacer huecos en las calles para obtener agua, el cual solo llega con baja presión y por horas, ya sea durante la madrugada o la mañana. “Nosotros tenemos que andar pidiendo agua, porque no tenemos nada de agua. Dejamos de tener agua desde el 2017, pero seguimos pagando. En mi caso yo no pago porque no tengo agua. A la una de mañana solo cae un chorrito de agua y tengo que llenar baldes de agua”, expresó.
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Por Daniel Jibaja
