Organismos internacionales en Latinoamérica: problemática actual une más a los países de esta región

En una edición especial del programa Diálogo Abierto de Salgalú Tv sobre el panorama social de la infancia y la niñez en América Latina, en salud, educación, violencia y combate a la pobreza, Soledad Larrain del CIDENI Chile; Najla Veloso de la FAO desde Brasil; Agustín Porres, educador e investigador de Fundación Varkey desde Argentina; y Mary Guinness Delaney, asesora regional de UNESCO, coincidieron en que hay más problemas que nos unen que nos separan, y por ello debemos hacer frente a esta realidad que ha traído este enemigo común, la pandemia, ya que afecta a todos los países de nuestra región.

Soledad Larrain, psicóloga, directora del Área de Protección de la Infancia del Centro Iberoamericano de Derechos del Niño (CIDENI-Chile), afirmó que la pandemia, “más allá de una crisis sanitaria es una crisis económica, social, crisis política, que ha afectado de manera relevante la convivencia tanto social como en el espacio familiar, ya que las medidas de confinamiento para frenar la pandemia han aumentado los casos de violencia en el espacio familiar. La ausencia de una red de protección y de actores externos ha hecho que los niños estén recluidos y que frente a hechos de violencia no tengan posibilidad de denunciar, y esto ha ocurrido en casi todos los países de América Latina”.

El director ejecutivo de la Fundación Varkey para América Latina- Argentina, Agustín Porres, señaló que “en el debate público de nuestros países la educación no es una prioridad, faltan debates sobre los modos de enseñanza, revalorizar el rol de los docentes, y especialmente la ausencia de la presencialidad. La reapertura se ha polarizado en varios países con la vacuna, lo que alarga aún más la presencialidad”, indicó. Agustín Porres resaltó que el retorno a la presencialidad requiere un análisis muy exhaustivo ya que la realidad de cada localidad es muy distinta. “Hay decisiones que deben ser descentralizadas y una de ellas es la apertura o no de las clases. Zonas rurales sin ningún caso de pandemia pasaron de un momento a otra a una virtualidad de la educación siguiendo erróneamente la lógica de ciudades capitales”.

“La pandemia llegó para agravar las otras crisis que ya vivíamos como países, como por ejemplo la alimentación escolar; los avances logrados se perdieron. Antes de la pandemia, para más de 3 millones de niños de toda la región la alimentación escolar era la única comida que recibían en el día”, recalcó Najla Veloso, coordinadora regional de alimentación escolar para América Latina y El Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO-Brasil). Najla Veloso dijo que se trata de “un escenario muy grave en medio de una inseguridad alimentaria que se ha acrecentado. Hoy una persona gasta más por día en alimentación que antes. Ya no es solo una situación de pobreza sino de hambre”.

Por su parte, Mary Guinn Delaney, asesora regional de educación para la salud y el bienestar para América Latina y El Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO),  señaló que “estábamos en una crisis y estamos en una crisis educacional antes y luego de la pandemia. Los aprendizajes se han perdido debido a que los periodos de cierre de escuelas en Latinoamérica han sido los más largos en el mundo con más de 165 días de clases perdidas y por ahora no se ve el fin de esta situación.

Es también una crisis de enseñanza ya que tenemos a millones de profesores que se han tenido que reinventar, muchas veces sin los recursos, sin las capacidades que necesitan y la conectividad necesaria para saltar de un día para otro de una modalidad presencial a una a distancia.  Mary Guinn Delaney recalcó que “ha quedado evidenciado que la escuela no es un foco de transmisión cuando está bien manejada”.

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