Por: Leonor Pérez-Durand, periodista especialista en género y directora del blog TeleoLeo.com
La violencia vicaria es la peor expresión de la violencia de género porque en los casos más extremos acaba con la vida de niñas y niños, pero también se expresa separando a las madres de sus hijos, maltratándolos para que ellas sufran, hablándoles mal de ellas, no pagando la pensión de alimentos o abriéndoles infinitos procesos judiciales a fin de desestabilizarlas.
Cuando el hombre agresor ya no tiene al alcance a la mujer, la daña a través de sus hijos, por eso se llama violencia vicaria porque se ejerce por persona interpuesta. Los hijos son vistos como objetos para continuar agrediendo a la mujer, durante la relación de maltrato o desde la separación de la pareja, sobre todo, cuando es ella quien decide que no quiere mantener un vínculo que la violenta.
Lamentablemente, la violencia vicaria aún no esta tipificada dentro de las leyes para prevenir y sancionar la violencia de género y por lo tanto sus víctimas no son contadas dentro de las estadísticas para la eliminación de este tipo de violencia y lo que no se cuenta, no existe. En Perú los asesinatos de niñas y niños por parte de sus padres son tratados como parricidio, mientras que en países como España, aunque en el “Pacto de Estado Contra la Violencia de Género” se considera la existencia de la violencia vicaria, esta tampoco forma parte de la legislación contra la violencia de género.
Sin embargo, el que en España la violencia vicaria se tenga en “consideración” no quiere decir que las mujeres que la sufren tengan el apoyo institucional y judicial necesario, pues cuando denuncian a los padres de sus hijos son revictimizadas por la justicia patriarcal y aunque se trata de mujeres violentadas por sus exparejas, son obligadas a ver como su agresor -a pesar de la ley- obtiene un régimen de visitas o incluso pierden la custodia de hijas e hijos en beneficio de ellos.
En septiembre de 2021 entró en vigencia la ley que retira la custodia a padres con procesos por violencia de género, incluso considera el retiro de la patria potestad, sin embargo, los jueces no la están aplicando y hay madres que, a pesar de ser víctimas de violencia vicaria y de haber documentado sus casos ante tribunales, están perdiendo a sus niñas y niños.
De vuelta al Perú
En estos momentos la bancada fujimorista ha presentado tres Proyectos de Ley que fomenta la violencia vicaria. El primero en ser presentado fue el de “progenitor obstructor” del congresista Alejandro Aguinaga, que pena a quien no “permita” la relación hijas e hijos con el otro progenitor.
Normalmente somos las mujeres las que al momento de la separación nos quedamos con nuestras criatura, así que si, por ejemplo, ellas y ellos no quieren ver a su padre porque han sido testigos de actos de violencia contra su madre o han sido víctimas directas ellos mismos, la madre sería condenada por eso. A saber: no podría postular a cargo público, ni salir del país ni obtendría crédito bancario.
Los otros dos proyectos son el de la congresista Patricia Juárez que busca establecer la custodia compartida como derecho de todo progenitor, de manera automática al momento de la separación; el tercer proyecto también es del congresista Alejandro Aguinaga y es para darle punche al de Juárez pues se llama “Proyecto de Ley para Garantizar la Custodia Compartida”.
Por el bien de las criaturas y la tranquilidad de las madres, esperemos que ninguno de estos tres proyectos que fomentan la violencia vicaria sean aprobados pues en ninguno se considera, expresamente, la violencia de género como causal para eximir a la mujer de responsabilidad si sus hijas e hijos no quieren ver a su padre o para retirar la custodia a los maltratadores, porque un hombre agresor jamás será un buen padre.