Opinión: «Venezuela: crisis humanitaria y migración»

Lee este comentario del abogado Federico Chunga Fiestas, especialista en Derechos Humanos.

(Foto: USI)

Escribe: Federico Chunga Fiestas

El régimen dictatorial de Nicolás Maduro, principal responsable de la crisis política, social y económica en Venezuela, ha generado un masivo éxodo de sus ciudadanos hacia destinos como Colombia y Perú, que ya han recibido cerca de un millón de migrantes, el primero, y de medio millón, el nuestro.

Se trata de personas que abandonan su país porque no tienen otra salida, para salvar su vida, su integridad, su salud, y otros derechos elementales, en el contexto de una inflación que hace que los sueldos más modestos no alcancen ni siquiera para cubrir una semana de alimentación básica. Como le ocurrió a muchos peruanos en los ochenta y noventa, se emigra también para mandar remesas que salven del hambre a los familiares que se quedan en el infierno madurista.

LEER MÁS | “Los venezolanos no son delincuentes, son gente que necesita refugio”

Estas personas se trasladan a países cercanos con profundas carencias, como el nuestro, porque simplemente su falta de recursos apenas les permite trasladarse en transporte terrestre y muchas veces a pie, en travesías que, como se ha visto en los últimos días, pueden llegar a cubrir más de mil kilómetros de distancia.

Venezolanos buscan ingresar legalmente a Perú por Tumbes

Estamos hablando, entonces, de una crisis humanitaria de grandes proporciones que debe ser afrontada como tal por los estados afectados, pues pone en situación de peligro inminente a niños, niñas, adolescentes, ancianos, mujeres y otras personas profundamente vulnerables. En estos casos, todos los países tienen la obligación de garantizar a los migrantes sus derechos básicos, independientemente de si tienen documentación o no. Es una obligación que también deben cumplir los demás países cuando sean nuestros nacionales los que migran.

La inmigración, como todo fenómeno social, genera beneficios y perjuicios. Los beneficios son sustancialmente mayores en una sociedad libre como la nuestra, al aumentar el número de consumidores y enriquecerse nuestra cultura, como ocurrió con las inmigraciones chinas, japonesas, europeas, africanas, entre otras. Los perjuicios también existen en un país de gran informalidad laboral y afectan a los peruanos más pobres, subempleados o desempleados, pero deben ser corregidos por el Estado sin perjudicar su obligación de proteger a los migrantes.

Iquitos: venezolanos limpian Puerto Nanay para agradecer la estadía [VIDEO]

La xenofobia y la desinformación que grupos sin escrúpulos pretenden crear alrededor de este fenómeno debe ser combatido por todos los peruanos. La Defensoría del Pueblo y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos son los principales llamados a contribuir a que se corrijan errores gubernamentales como exigir el pasaporte como requisito para el ingreso al país, y a evitar que se genere un nuevo foco de discriminación, esta vez contra ciudadanos extranjeros.