La noche del domingo 23 de mayo, las calles del centro poblado de San Miguel del Ene, en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), se tiñeron de sangre tras el asesinato de 16 personas, entre ellas, 4 menores de edad. El juez de paz de esta zona, Leonidas Casas Marmolejo, fue uno de los primeros en llegar al lugar de los hechos y dio parte a las autoridades para iniciar la investigación.
Sin embargo, según señala el juez de paz, pese a que aún no llegaban las autoridades a la zona, ya circulaba el comunicado del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas señalando que la masacre fue cometida por Sendero Luminoso y dirigida por Víctor Quispe Palomino, camarada “José”.
Casas Marmolejo sostuvo que tras comunicar el hecho en la comisaría de Pichari, la más cercana a la zona, solo llegó hasta el lugar el fiscal Alfredo Casavilca, para ordenar el levantamiento de los cadáveres. Quienes también llegaron a ayudar con esta diligencia fueron los representantes de la Cruz Roja, pero “ninguna autoridad policial o militar llegó, solo nos han apoyado el Comité de autodefensa”, manifestó Casas.
El juez de paz señala que la población se encuentra indignada y temerosa por la información que brindan las autoridades y medios de comunicación de Lima pese a que aún continúa la investigación de los hechos para hallar al verdadero responsable. “Yo soy una persona que da parte de lo que ha sucedido pero no catalogamos, hemos dado parte para que investiguen, que vengan a levantar sus actas. La población está indignada porque parece que están direccionando todo, están complicando la vida de los pobladores, parece que ya sabían que iba a pasar por eso estamos de miedo”, sostuvo.
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Pide a los medios limeños que se rectifiquen sobre la información que están brindando en relación al asesinato de las 16 personas y no sigan generando mayor controversia. “Que no nos metan en este juego, brinden información verdadera y no montajes televisivos”, exigió Casas.
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Asimismo, el juez de paz, Leonidas Casas, remarcó que la población se siente temerosa frente a este hecho porque anteriormente los miembros de la Marina de Guerra han ingresado de manera violenta a sus casas, “han hecho desmanes, han saqueado tiendas y rompieron cosas por eso la población tiene miedo. En lugar de cuidarnos les tenemos miedo”, manifestó la autoridad de la comunidad ante un medio capitalino.
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