Madres adolescentes o adolescentes madres, una triste realidad en nuestra región

    Ortelia Valladolid, especialista en género y desarrollo social de Cutivalú.

    Por: Ortelia Valladolid Bran
    Especialista en género y desarrollo social

    Según la Organización Mundial de la Salud la etapa de la adolescencia comprende entre los 10 a 19 años de edad y representa los cambios físicos, psicológicos, emocionales y sociales, de mujeres y hombres. En esta etapa, las personas completamos el desarrollo de nuestro organismo, pero además definimos nuestra personalidad. Se le conoce también como el segundo nacimiento, pues definimos nuestro proyecto de vida- por lo tanto es el segundo momento más importante de nuestras vidas.

    Del 2015 a marzo del 2018, la Dirección regional de salud ha registrado 19 781 adolescentes de 10 a 19 años de edad embarazadas, de las cuales 178 oscilan entre las edades de 10 a 13 años de edad. Los distritos que lidera en este problema social son entre otros Tambogrande, Chulucanas y Sullana.

    Es necesario mencionar que muchísimos de estos embarazos son producto de violaciones sexuales, especialmente en el grupo de 10 a 13 años de edad, lo que debe generar mayor preocupación en la toma de decisión para la implementación de políticas públicas basada en educación con enfoque de género, derechos y salud sexual y reproductiva que nos de garantía de la construcción de una nueva sociedad con igualdad de oportunidades para mujeres y hombres, con respeto y dignidad.

    Otra situación importante de señalar es que un porcentaje significativo de adolescentes de 15 a 19 años de edad, están embarazadas de la o el segundo o tercer hijo respectivamente, lo que nos genera la interrogante ¿Cómo está la oferta del servicio de salud, respecto de la planificación familiar?
    Del punto de vista biológico, un embarazo en esta etapa conlleva mayor riesgo de enfermedades y de muerte de la madre, de la hija o el hijo, por causas como hipertensión, alteraciones nutricionales, anemia, infección urinaria, prematuros, parto obstruido, mayor índice de cesáreas y bajo peso del recién nacido.

    Del el punto de vista psicosocial, las adolescentes en esta situación tienden a abandonar el estudio, algunas no cuentan con el apoyo de la pareja, tampoco de la familia y otras son obligadas a casarse, además tienen riesgo de un nuevo embarazo y más dificultad para conseguir trabajo.

    El embarazo en adolescentes, genera un impacto negativo muy grave y grande, como por ejemplo pobreza, desnutrición, analfabetismo, mano de obra barata, NINI (no estudia, ni trabaja), mayores riesgos para ser víctima en delitos como la trata de personas, violencia, etc.

    Qué Hacer?
    Fomentar competencias en las y los servidores para la atención diferenciada y especializada en este grupo poblacional, que además constituye el aprovechamiento del bono demográfico, que tenemos en nuestro departamento; fomentar la comunicación entre los padres e hijos es la clave para conocer las dudas de las y los adolescentes; información sobre salud sexual integral, pero sobre todo promover una educación en todos los niveles (familia, escuela, comunidad) con enfoque de género y derechos, donde las mujeres y los hombres sean protagonistas del ansiado cambio.

    Madre adolescente es aquella, que por esta situación “de madre” deja de vivir esta etapa y obligada vive otra, que no le corresponde, básicamente porque no recibe apoyo de la familia, tampoco del estado; en cambio una adolescente madre es aquella que continua viviendo su etapa (estudia, se recrea, tiene amistades), pero además va aprendiendo el rol que le corresponde como madre, con el soporte familiar y del estado.

    Frente a este número muy grande de niñas embarazadas o ya madres, tenemos que promover que sean adolescentes madres, porque es su derecho y responsabilidad de la sociedad en pleno.