Lucanamarca: 35 años de la masacre terrorista que dejó 69 muertos

En 1983 Sendero Luminoso torturó y asesinó a campesinos, niños y embarazadas.

Deudos de las víctimas llevando a los cadáveres. (Foto: Paco Sanseviero / Reuters)

Hace 35 años se produjo la masacre de Lucanamarca, uno de los hechos más lamentables de la guerra interna que inició el grupo terrorista Sendero Luminoso. Este hecho, ejecutado por orden del cabecilla Abimael Guzmán, dejó 69 personas muertas, entre campesinos y niños.

La masacre ocurrió el 3 de abril de 1983 en el distrito Santiago de Lucanamarca, provincia de Huanca Santos, departamento de Ayacucho. Por este hecho, Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre fueron condenados a cadena perpetua como autores intelectuales de la masacre.

Aquel 3 de abril, sesenta militantes de Sendero Luminoso entraron en los pueblos de Yanaccollpa, Ataccara, Llacchua, Muylacruz y Lucanamarca, donde, con el pretexto de imponer una «sanción ejemplar» a su población, mataron a 69 personas.

De los asesinados, 18 eran niños, incluyendo uno que tenía solo 6 meses de edad. También mataron a once mujeres, algunas de las cuales estaban embarazadas. Ocho de las víctimas tenían entre cincuenta y setenta años de edad.

La mayoría de las víctimas murieron por heridas de machete y hacha, y algunos fueron disparados a corta distancia en la cabeza. Los terroristas también quemaron a los pobladores con agua hirviendo.

La atrocidad con que se cometió fue descrita por una de las primeras personas que llegó a su escenario: «… con las manos y los pies amarrados, hasta las trenzas salidas de las señoritas, a quienes los habían cortado con hacha, cuchillo, pico, incluso les habían echado agua caliente (…) encontraron a los niños quemados sus manitos, caritas, (…) a los niños recién nacidos les habían sacado las tripas y pisado sus cabezas hasta que salgan sus sesos…».

Al respecto, el 10 de setiembre de 2002, Abimael Guzmán dijo a la Comisión de la Verdad y de la Reconciliación (CVR): «Nosotros reiteramos que no evadiremos nuestra responsabilidad. Yo tengo la mía, soy el primer responsable y nunca renunciaré a mi responsabilidad, pues no tendría sentido».