Los cambios de conducta en los menores son señales de una posible violación sexual

El psiquiatra Julio Castro Castro explicó que los cambios de actitud en los menores de edad son frecuentes después de haber sido víctimas de violación, es por ello que la familia debe estar alerta y sobre todo debe existir una buena comunicación entre sus miembros dado que es fundamental para saber lo que le está pasando con la víctima en este tipo de situaciones.

Indica también que la víctima no es capaz de contarle a su familia lo sucedido pues siente temor dado que en la mayoría de los casos el victimario la amenaza y la hace sentir culpable.

Para el psiquiatra cuando una niña(o) cuenta que ha sido víctima de violación se le debe dar credibilidad y no partir de la idea que está inventando, pues es fundamental que la víctima se sienta acompañada y apoyada después del suceso traumante que ha vivido.

La comunicación es fundamental, que la niña sienta que la familia la quiere y no van a dejar que nadie le haga daño. “Cuando un niño/a cuenta que ha sido abusado, no partan de la premisa que la niña está inventando cosas”, recalcó el psiquiatra.

Julio Castro Castro señala que lo importante es estar al pendiente de lo que los niños juegan, pues ellos expresan su mundo psíquico a través del juego, y también lo que el niño plasme a través de dibujos será proyección de lo que siente o lo que está pasando por su mente. Por tanto, es necesario observarlos cuando jueguen y darles lápices, colores, plumones para que dibujen.

El psiquiatra explica que en casos donde el padre ha sido el abusador y viva en el hogar con la víctima, no le permitirá sentir a la menor violada el apoyo que se requiere pues diariamente convivirá con su agresor. La recomendación es que el violador salga de la casa. Así mismo en casos donde el hermano es el victimario y este es un menor de edad, debe ser sometido a terapia independientemente de la sanción que reciba por ley. Es decir, es vital buscar la manera en que la víctima esté segura y que no esté cerca de su agresor.

“La presencia del abusador es un elemento de estrés, pues la niña violada verá todos los días a su victimario, por lo tanto la familia tendrá que tomar decisiones, ver qué es más importante: la salud física y mental de mi hija(o) o la estructura familiar que ya era disarmónica desde siempre y que se ha agudizado con la evidencia de una conducta violadora “, indicó el Dr. Julio Castro Castro.