La madre de familia, Clara Godos, se acercó hasta los estudios de Cutivalú para exigir justicia para su hijo menor, recluido en el centro juvenil Miguel Grau de Piura por el asesinato de una pobladora de Potrerillo, en Las Lomas. La consternada madre asegura que su hijo es inocente, ya que nunca se comprobó que su hijo matara a la víctima.
Los hechos ocurrieron el 4 de julio del 2015, el mismo día en que el muchacho de iniciales R.G.G. llegó a la casa de la víctima, Clementina Carhuapoma, para devolverle una bestia que le había prestado su esposo. El esposo de la señora Carhuapoma se encontraba en el campo, por lo que ésta envió al joven al campo, según lo cuenta la indignada madre.
Los problemas comenzaron cuando, al día siguiente, una vecina le comunicó a la madre de familia que la señora Clementina Carhuapoma había sido encontrada asesinada con una piedra y un machete en la cabeza. Poco tiempo después y basándose exclusivamente en testimonios de los parientes de la víctima,según alega la madre del joven, detuvieron de manera irregular a su hijo.
Un mes después, el Juzgado Mixto de Tambogrande declaró culpable del asesinato al menor y lo sentenció a 6 años de internamiento en el centro juvenil Miguel Grau. La madre de familia asegura que el juzgado tomó únicamente las declaraciones de uno de los hijos de la víctima identificado como Heráclito Calle, quién asegura que su madre le reveló que el joven muchacho la había atacado.
La madre del joven cuestiona que no hayan tomado en cuenta otras declaraciones que considera claves, como las del personal médico del centro de Salud que atendió a la mujer cuando fue llevada aún con vida. Según ella, el personal médico asegura que en ningún momento la víctima mencionó a alguien en particular. “Qué raro que sólo a su hijo le haya dicho”, opinó Clara Godos.
También mencionó que hay testimonios de vecinos de la víctima que aseguran haber visto a otras personas extrañas por la casa de Clementina Carhuapoma, sin embargo, no fueron considerados en la investigación fiscal.
