César Guerrero, infectólogo de profesión, instó a los responsables de las instituciones educativas a que soliciten o planifiquen las actividades de fumigación. Estas deben darse los fines de semanas, no en horario de clase, porque algunos niños pueden ser hipersensibles a las sustancias que se utilizan en la fumigación.
“Los colegios sí se tienen que fumigar, pero tiene que haber una intervención integral, buscar criaderos; es decir, tengo que ver si hay desechos donde se esté criando el dengue, porque si solo se fumiga no se está haciendo una intervención completa e integral”, precisó Guerrero.
Asimismo, Guerrero explicó que la fumigación actúa contra el zancudo que está en vuelo, por lo que cuando se fumiga dentro de las instituciones o viviendas, la efectividad del malatión, sustancia que se utiliza en las fumigaciones, dura hasta que el humo esté en el lugar, que aproximadamente, va de una a dos horas.
“Solamente la efectividad de la fumigación dura cuando el humo está en el lugar, hablamos aproximadamente de una o dos horas, como máximo”, aseveró.
En otro momento, dijo que la fumigación es una parte de la intervención, confiarnos en que la fumigación va a eliminar al vector del dengue es un error.
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