El 27% de menores migrantes no van a la escuela en el Perú, según Save the Children

Foto: LR

A Liseth le tomó 18 días dejar atrás su vida de 35 años en Venezuela. La situación económica la empujó a caminar hasta Perú junto a su pareja y sus tres hijos de 17, 12 y 11 años.

Los menores soñaban con estudiar informática, veterinaria y derecho, respectivamente, pero sus deseos se vieron truncados luego de que Liseth tocara la puerta de al menos 15 colegios en Lima y todos le dijeran que no tenían vacantes.

‘’Cuando decía que somos venezolanos me decían ‘debe esperar a que salgan vacantes’. Pero no me dejaban hablar con directores o profesores. No me dejaban ni siquiera pasar’’.

Los hijos de Liseth forman parte de ese 27% de niños, niñas y adolescentes (NNA) migrantes y refugiados de Venezuela que viven en Lima y La Libertad, y no asisten al colegio, según una encuesta de Save the Children.

El estudio fue hecho a fines del 2021, pero se presentó recientemente. De acuerdo a Deyssy Lozano, especialista en educación de Save the Children, lo más probable es que esta situación de menores de tres a 17 años no haya cambiado.

En esa línea, un informe del Grupo de Trabajo Para Refugiados y Migrantes (GTRM) en el Perú, resalta que incluso con el avance en el acceso de menores al sistema de educación básica regular, el Ministerio de Educación (Minedu) estimaba para diciembre del 2021 que más de 97 mil NNA migrantes seguían fuera del sistema educativo.

Ahora bien, según Óscar Pérez, presidente de la ONG ‘’Venezolanos en el Perú’’, habría cerca de 300.000 menores de esa nacionalidad en el Perú.

¿Qué sucede?

Lozano explica que, además de no hallar vacantes, otra barrera para las familias ha sido la falta de información sobre el proceso de matrícula. En esa línea, los menores tampoco han podido acceder al colegio por falta de documentos o certificados de estudio. Sumado a ello, existe un factor discriminatorio por ser migrantes. En este último caso, comentan las familias, los grupos que más ejercieron actos discriminatorios contra ellos fueron los directores o subdirectores de colegios, seguido por los docentes y también de otros padres de familia.

Si bien Save The Children reconoce los esfuerzos que ha hecho el Minedu, a su vez hace un llamado para que garantice el acceso a la educación de los niños migrantes, lo cual, agrega, debería incluir la formación a los maestros para que estos puedan entender la necesidad de incluir a niños migrantes y reducir la discriminación hacia ellos. Asimismo, Lozano señala que debería haber cupos en cada colegio dirigidos para los niños y adolescentes migrantes.

‘’Hay niños, niñas y adolescentes sin acceso a educación y es ahí donde todos debemos de ver qué es lo que no está funcionando en relación a normativas que se deben flexibilizar’’.

Cifras de Minedu

En tanto, Luis Quintanilla, titular de la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana (DRELM), sostiene que el sector educativo ha brindado facilidades a los menores migrantes y refugiados. Incluso, añade, algunas instituciones educativas han creado turnos especialmente para ellos una vez ya iniciado el año escolar.

Según el Minedu, hasta abril se registraron 80.748 matrículas de estudiantes extranjeros en todas las modalidades, de las cuales 62.403 (77%) son alumnos venezolanos.

Lozano, sin embargo, asevera que el trabajo para luchar contra esta problemática no solo debe venir de parte del Minedu, sino también del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp).

El caso de éxito de los colegios de Fe y Alegría

María Teresa Izquierdo, del área de Identidad y Misión de Fe y Alegría, señala que la entidad ha recibido a muchos escolares extranjeros. En el 2019, señala, muchas familias venezolanas recién llegadas tocaron las puertas de estos colegios ante la necesidad de que sus hijos tuvieran un lugar donde estudiar.

Ello derivó a que los colegios de Fe y Alegría, así como otras escuelas en Lima y provincias, abrieran espacios en las aulas para que los niños migrantes puedan ingresar.

Para esto se realizaron labores de concientización y se trabajó con los nuevos alumnos acogidos. Izquierdo indica que actualmente los colegios de Fe y Alegría tienen una población de 350 alumnos venezolanos, aunque muchos más pasaron por sus aulas en estos años.

Fuente: La República

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