Editorial: Una constitución política reformada a medida de los corruptos y violadores de derechos humanos y sin participación de la ciudadanía

“Pon al lobo a redactar la ley y verás que devorar ovejas no es delito” dice un meme que ha circulado con cierto éxito por las redes sociales en los últimos días. Tal vez porque se trata de una metáfora potente que representa muy acertadamente la realidad política peruana de estos últimos meses. Tenemos a las más feroces bestias, en todo sentido de la palabra, dirigiendo el país, gobernando para sus cuentas bancarias y para sus escaparates de la justicia. Ya podemos decir hoy que tenemos una nueva Constitución Política reformada sin consultas, sin debates ampliados, si participación de sociedad civil y de la ciudadanía. Una nueva constitución arreglada, amañada a los intereses de los violadores de derechos humanos y de los políticos y políticas con serias denuncias fiscales por delitos contra el estado peruano y contra la vida de las personas en el Perú. Una Constitución tan ilegítima como el Congreso que la ha reformado. Una Constitución Política para una república sin ciudadanía. Por tanto, una constitución política que en adelante propiciará muchos conflictos sociales de toda naturaleza.

“Pon al lobo a redactar la ley y verás que devorar ovejas no es delito.” Los grupos de congresistas conservadores, con más del 92% de desaprobación, contrarios a la democracia participativa y deliberativa, se han atribuido ilegítimamente el poder de cambiarnos el Estado peruano a su manera. Según la constitución política que rige el país desde la semana pasada, el Perú es otro Estado. ¿Usted sabe qué es la bicameralidad? Hoy la tiene como estructura del Estado. En las próximas elecciones tiene que votar por diputados y congresistas ¿Recuerda usted que en el 2018 votamos contra la reelección de congresistas, justamente porque eran corruptos y la ley no los podía alcanzar? Hoy estos congresistas se zurraron ese referéndum ciudadano, puesto que han vuelto a poner la reelección inmediata de congresistas. Ellos volverán a reelegirse. ¿Sabe usted que si son reelegidos nuevamente como congresistas o diputados la justicia no podrá alcanzarlos porque también han repuesto la inmunidad parlamentaria que ya se había quitado? Además, han flexibilizado leyes constitucionales que obligaban a los fiscales a acusar a los políticos en un breve plazo. Hoy corremos el riesgo de qué fiscales corruptos pueden decidir simplemente no acusarlos de sus delitos, si lo consideran así. A todo esto, súmele la ley antiforestal, la ley que favorece la minería ilegal, las leyes que bloquean las movilizaciones sociales.  Ud. está en otro país, y no le han preguntado si está de acuerdo o no hacer cambios constitucionales.

El sur sabía que esto se nos venía. Lucharon con sus vidas los primeros meses del 2023. Si el norte y el oriente hubiéramos tenido esa mirada política que tuvo el Sur en enero de 2023, no estaríamos lamentándonos estas actitudes anticonstitucionales del Congreso y del Gobierno de Dina Boluarte. Hoy estamos al borde de la anarquía. Los poderes de estado si no están capturados por el congreso, están en conflicto. El caos gobierna hoy el país. El Estado Peruano ha perdido soberanía sobre el territorio porque hoy gobiernan el territorio nacional las mafias con leyes del Congreso que las empoderan en la Amazonía. Dado el desorden institucional en todo el Estado, es posible que los fondos del Estado peruano estén yéndose a cuentas personales de funcionarios. Porque a río devuelto, ganancia de pescadores. Lo sabremos en cinco años, cuando ya no haya nada que hacer contra todo esto.

En fin, nuestro poco compromiso con la democracia, nuestra falta de ciudadanía participativa, tendrá sus consecuencias en nuestra vida y en la de nuestros hijos e hijas. El Perú que le estamos dejando no es el mejor de los países. Por eso, hoy el Perú necesita a su ciudadanía activa y movilizada, única arma que temen los corruptos y corruptas.

Por: Wilmer Fernández Ramírez – Director de Cutivalú