Comentario || Esperanzas y desafíos: Mujeres en la batalla por la igualdad

Comentario || Esperanzas y desafíos: Mujeres en la batalla por la igualdad

Te presentamos el comentario de hoy.

Por: Dávinson Correa, jesuita en formación

La defensa y el reconocimiento de los derechos de las mujeres parecen ser una batalla sin término. Sin embargo, existen significativos logros en nuestra legislación peruana, como por ejemplo la Ley N° 30364, que tiene como fin prevenir, erradicar y sancionar toda forma de violencia contra las mujeres por su condición. Con esta ventaja legislativa, seguimos teniendo esperanza y desafíos por la igualdad de oportunidades.

En estos años, hemos tenido mujeres notables y silenciosas que han destacado por liderazgo y promoción de la dignidad a nivel social y de Iglesia.

La iglesia es un actor social importante de colaboración y promoción de la dignidad humana. Por ello, es oportuno recordar la figura notable de Dorothy Day en la defensa de los Derechos de la mujer, especialmente a través de su activismo en favor de los derechos laborales y de la justicia social.

Como cofundadora del Movimiento de los Trabajadores Católicos y editora del periódico «The Catholic Worker», abogó por la igualdad de género y la dignidad de todas las personas, incluidas las mujeres. Su compromiso se reflejó en la lucha por condiciones laborales justas y la defensa de la igualdad de oportunidades por las que las mujeres en la sociedad y en la Iglesia se reconocen.

Dorothy desafió las normas de género de su época al liderar movimientos por la justicia y la solidaridad. Demostró que la igualdad de género es esencial para construir una sociedad más justa y compasiva para todos. Su vida nos inspira a trabajar en un mundo donde las mujeres son valoradas, respetadas y empoderadas en todos los aspectos de la vida.

La defensa de los Derechos de la mujer nos recuerda que la lucha por la igualdad de género no es solo una cuestión de feminismo. La justicia social y valores humanos-cristianos fundamentales en los que todos los actores sociales, incluida la Iglesia, somos partícipes y responsables. Esta lucha enciende esperanzas y desafíos por la igualdad.

Este comentario llega en el marco del Día Internacional de la Mujer. Te invitamos a seguir leyendo nuestro próximo comentario.