Las empresas familiares constituyen gran parte de los negocios en el Perú: generan entre el 60 y 70 % de empleo en el país y contribuyen con más del 40 % PBI, de acuerdo con información de la Confiep.
Sin embargo, solo el 30 % pasa a la segunda generación, y entre el 5 y 8 % a la tercera, ya que, con el pasar de los años, las familias crecen y sus miembros desarrollan intereses diferentes.
Pablo Montalbetti, decano de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), explica algunas buenas prácticas y recomendaciones.
Errores a evitar
Pablo Montalbetti destaca tres temas: «Primero, pensar que un entorno complejo no afecta a la relación familiar – empresarial. Segundo, exigir más al personal en vez de mostrar empatía y más unión. Tercero, pensar que no necesitan de terceros expertos no familiares».
Buenas prácticas
Se debe programar la sucesión con antelación para evitar eventuales conflictos. “Siempre es mejor anticiparse, priorizando el bienestar de la empresa. Tener prudencia en el manejo financiero, aplicación de gastos, retiro de utilidades, entre otros”, señala Montalbetti. Se deben aplicar políticas sanas que todos cumplan con transparencia, que evitan la desconfianza.
Elección del sucesor directivo
“El sucesor debe conocer profundamente el negocio, ser conciliador con los familiares pares, debe tener buena reputación en el mercado, con los clientes, los proveedores y la banca. También debe ser confiable y preparado académicamente en temas de alta dirección, competencias blandas, manejo de directorios, finanzas y marketing”, finaliza el decano de la UTP.
| Pablo Montalbetti
Decano de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP). PhD de la Universidad Politécnica de Cataluña, realizó estudios de especialización en dirección estratégica en Tongji University – China, IESE Business School – Universidad de Navarra y en Harvard Extension School. |
