Más de 10 mil ciudadanos y ciudadanas de los caseríos San Juan de Curumuy, Lágrimas de Curumuy y San Fernando de Olivares, en el Medio Piura, sufren la amarga paradoja de vivir a escasos metros de la Planta de Tratamiento de Agua Potable de Curumuy (PTAP) y aún así carecer del vital líquido en sus hogares. A pesar de estar a 50 metros de una infraestructura destinada a garantizar el acceso al agua potable, enfrentan una cruda escasez que afecta su calidad de vida.
Pedro Pablo Inga Suárez, sub secretario de la Juveco de San Juan de Curumuy, señaló que estos tres caseríos del Medio Piura no cuentan con agua desde hace más de 5 años, debido a que, por causas que desconocen, se interrumpió el servicio en los pilones de la zona.
«San Juan de Curumuy, en el Medio Piura, está a 50 metros de la Planta de Tratamiento de Agua Potable de Curumuy. La PTAP está en nuestro caserío, pero, lamentablemente, nosotros, hace más de 5 años, no contamos con el servicio de agua para la población. En este tiempo nuestra población sufre bastante, porque no tenemos agua, pese a que la planta está cerca de nuestro caserío», precisó.
Reactivación de pilones
Ante ello, exigen al Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) la reactivación de estos pilones, mientras se ejecuta el proyecto de agua y alcantarillado para los 105 asentamientos humanos, en el que esperan estar incluidos.
«Tenemos un proyecto de piletas que tiene hace 5 años y eso es lo que pedimos al Gobierno Central, que reactive esos pilones. Solo es cuestión de reactivar y empiecen a funcionar, para que podamos usar esta agua. Esto hasta que nos puedan incluir en el proyecto de los 96 asentamientos humanos«, dijo.
Agregó que, de no ser incluidos en este megaproyecto, tomarán medidas radicales.
«Nos han prometido incluirnos en el proyecto de los 96 asentamientos humanos. Hemos dicho bien claro que, si nosotros no somos incluidos, van a tener problemas. Nuestra población se va a levantar, porque ya no vamos a dejar pasar este proyecto. Nuestros caseríos deben tener agua, porque la planta está en nuestros caseríos», enfatizó.