La mañana del 27 de marzo de 2017 decenas de familias de Catacaos y Cura Mori enfrentaron el desborde del río Piura provocado por el Fenómeno del Niño Costero. Muchos intentaban salvar sus pertenencias de las turbias aguas que amenazaban lo que con tanto esfuerzo habían construído por años. La mayoría lo perdieron todo. Pese a ello, las aguas no se han llevado su esperanza y a cinco años de la tragedia siguen esperando la atención de las autoridades del Gobierno central, regional y local.
Cutivalú llegó hasta el KM 980, exactamente al pueblo Nuevo Santa Rosa, para desarrollar un espacio de diálogo abierto con los pobladores, quienes se sienten olvidados, mientras claman por ayuda para tener una vivienda digna y contar con los servicios básicos de agua, desagüe y luz.
Son más de 2 mil familias divididos en 8 sectores, hasta donde han llegado presidentes, ministros, congresistas y representantes de los gobiernos locales, a lo largo de estos 5 años, tal como lo recuerda el secretario del pueblo Nuevo Santa Rosa, Leopoldo Namuche Ramos.
Por su parte, el presidente de la APAFA del colegio N°20878 – Santa Rosa, Carlos Paz Valencia, recordó la difícil situación que le tocó vivir a la población hace 5 años cuando perdieron sus viviendas y fueron reubicados en el KM 980, “fue muy doloroso y triste porque perdimos todo, nos trasladaron a este desierto lleno de espinas donde sufrimos necesidades y aún seguimos con en las mismas condiciones de precariedad, sin una posta ni agua o luz”, enfatizó.
El dirigente Leopoldo Namuche manifestó que la población ha firmado un convenio con la empresa Keheda para mejorar sus viviendas en el terreno que ahora habitan y obtener la titulación a cambio de un pago mínimo, sin embargo, pese a haber realizado el pago, la empresa sigue figurando como la dueña de la empresa.
Al respecto, Percy Castillo, representante del colectivo de Comuneros de la Panamericana, invocó a esta empresa a no traficar con las tierras cedidas a los damnificados, pues estas le pertenecen a la comunidad San Juan Bautista de Catacaos, heredada por sus antepasados.
Para la pobladora Nori Villegas Sánchez, la situación en la que viven actualmente genera gran preocupación, sobretodo por el perjuicio que causa a la salud, lo cual se agudizó durante la pandemia, pues ante una emergencia no cuentan con una posta cercana y deben salir a la vía Panamericana para pedir un “jale” y trasladarse hasta Catacaos o Piura.
Asimismo, Villegas Sánchez remarcó que se necesita que la población de Nuevo Santa Rosa se mantenga unida para hacer frente a esta problemática que les aqueja desde hace 5 años, pues las disputas entre los pobladores impiden concretar el proyecto para tener viviendas dignas.
Micrófono abierto: A 5 años del desborde del río Piura [VÍDEO]