Estamos en una dictadura donde quienes gobiernan son los poderes fácticos: el poder económico, el poder mediático concentrado en Lima, las fuerzas armadas y policiales de la mano de la ultraderecha representada en el parlamento, para quienes Dina Boluarte es un títere ocasional que en cualquier momento pueden desechar porque quienes gobiernan son quienes perdieron las elecciones, dijo tajante Verónika Mendoza.
Continuó diciendo que “sin lugar a dudas estamos viviendo una dictadura. Si teníamos algunas dudas o algunos reparos en categorizar a este gobierno, ahora ya no que dan dudas; pues en solo 40 días de gobierno contamos con 56 muertos, de los cuales por lo menos según reporte de la Defensoría 45 fueron asesinados por armas de fuego de las fuerzas del orden. Lo sucedido en el sur “ha sido una masacre” y hasta el momento en absoluta impunidad.
Explicó que entre los muertos se cuentan 11 adolescentes cuyas edades fue de 15 y 17 años de edad; agricultores, deportistas, artistas, jóvenes estudiantes. No eran vándalos, no eran terroristas como dice el gobierno, sino que han sido gente en su mayoría campesinos o hijos de campesinos, quechuas, aymaras, que da cuenta del profundo colonialismo que subsiste.
Con cada acción de gobierno se va confirmando que estamos ante una dictadura cívico militar y al mismo tiempo se va incrementando la movilización y solidaridad de la gente. En Lima en los últimos días, mucha gente que inicialmente no participaba en las movilizaciones, luego de ver la brutal represión e intervención en la universidad San Marcos, ha despertado con su solidaridad. También en Andahuaylillas de Cusco, la gente hizo una colecta para que una delegación viaje a Lima. Cuando se pregunta quién financia a esos vándalos, a esos terrucos: la respuesta es la solidaridad de la gente; señaló.
Se han reabierto heridas profundas que es el resultado del colonialismo, racismo y discriminación de las élites sobre todo contra los campesinos y los sectores rurales. En lugar de ponerle cariño y solidaridad, le han echado perdigones, balas y esa herida está abierta y sangrando, concluyó Mendoza.