
Siguen abandonados. Pobladores de Nuevo Catacaos que perdieron sus casas tras el desborde del río Piura, continúan sin recibir ayuda de las autoridades. Las familias duermen sobre un piso húmedo y el dengue convive con ellos.
Hasta las instalaciones de Cutivalú, y cansadas de la indiferencia de las autoridades, llegó un grupo de madres pidiendo ayuda humanitaria como colchones, mosquiteros, repelentes, víveres para alimentarse y trabajo para sostener a su familia.
Lizeth Yovera Yarlequé, cuenta que el agua cubrió más de un metro de altura su vivienda, con lo cual la derrumbó, y ahora sus hijos, su esposo y ella, duermen sobre un tapete, esperando que el mortal dengue no vuelva a invadir su organismo, pues temen que en una segunda vez sea peor.
“Desde la inundación no hemos recibido ninguna ayuda. Llega a otros lugares, pero a nosotros, no. Hemos perdido todo, no tenemos ni sábanas ni camas y hace mucho frío, por eso espero que nos apoyen con una carpa”, detalla la joven madre.
Pese a la inundación, estas personas regresaron a los dos días para limpiar sus casas, pues no tenían un lugar para vivir. Ahora, cuentan solo con el servicio de agua, pues los desagües continúan colapsando y temen se desate una nueva epidemia.
Milagros Rivas Quintana indica que hasta hace poco estaban haciendo una olla común con los víveres que les habían donado, pero ya se les acabó y los niños son los más afectados.