Piura: sentencian a cuatro años de cárcel a policías por pedir coima

La Segunda Sala Penal de Apelaciones de Piura, resolvió confirmar la sentencia de cuatro años de cárcel efectiva que había dictado el Primer Juzgado Penal Unipersonal de Piura, para los agentes policiales Melecio Tineo Zeña y Erick Arturo Sánchez Prado, en agravio del Estado y de Manuel Baldera Velásquez.

Según los jueces superiores Mario Reyes Puma, Manuel Arrieta Ramírez y Laurence Chunga Hidalgo, los imputados han incurrido en el delito Contra la Administración Pública, en la modalidad de Concusión, es decir, de exigir dinero a un comerciante que trasladaba licores al interior de un bus que se dirigía de Sullana a Moyobamba, para no denunciarlo por contrabando, lo cual significa un acto de corrupción.

Ambos agentes, además de permanecer recluidos en el establecimiento penitenciario por cuatro años, deberán pagar una reparación civil de 2 mil soles a favor del Estado y 2 mil soles para el comerciante.

Según la denuncia, los policías apoyaban en un operativo de control realizado por Sutran, ambos subieron al vehículo en el que se trasladaba Baldera Velásquez y luego abrieron la bodega del bus, de donde los agentes retiraron la mercadería del agraviado, consistente en licores, para posteriormente trasladar dicha mercancía a un patrullero, aduciendo que se trataba de contrabando.

Después, pese a tener a la vista los documentos de compra de los productos, los policías le exigieron el pago de 500 soles al agraviado para no proceder con la intervención, no obstante Baldera Velásquez no contaba con dicho monto y tuvo que prestarle 300 soles al chofer del bus para hacer efectivo el pago.

Asimismo, los agentes del orden se apropiaron de varias botellas de licor, abriendo y bebiendo dos de ellas, indicando que eran “para probar la calidad del mismo”. Tras el pago, los policías no realizaron ningún acta de intervención.

Asimismo, el comerciante agraviado se vio obligado a acudir un cajero a retirar dinero para devolverle al conductor del vehículo. El hecho se registró el 6 de diciembre del año 2012.