La investigadora del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Cecilia Blondet, sostuvo que el ejercicio de la política en nuestro país es similar al de algunas empresas y franquicias, en las que predomina el «amiguismo» y el pago de favores por intereses particulares.
“Los partidos son empresas que dominan el ‘mercado’ de la política… El partido cobra cupos, para que en función del dinero que aporta conformen las listas, y si ganan, utilizar al Estado para pagar esos favores. Por eso muchos partidos lejos de ser organizaciones políticas son una franquicia”, dijo Blondet en entrevista exclusiva con CUTIVALÚ.
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La también expresidenta de Proética participó en Piura durante el evento denominado «Diálogos Regionales», en el que junto a otros especialistas del IEP disertaron sobre la importancia de poner en agenda temas como la descentralización, servicios de agua y saneamiento, en el marco de las elecciones y con miras al bicentenario de vida republicana del Perú.
Blondet cuestionó que los partidos políticos no capaciten a sus militantes ni generen debates para renovar cuadros , y que por el contrario se dediquen a cobrar cupos para ganar y luego cobrar favores cuando se está dentro de la gestión pública.
«Ningún partido se salva, aunque la falta de filtros para elegir a sus representantes es más dramática en partidos como Fuerza Popular», expresó.
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La especialista considera que esta crisis también se ha extendido a los movimientos regionales donde va primero en la lista el que pone más dinero a la campaña.
“Los gobiernos regionales y locales son espacios de corrupción que en algunos casos empieza con el financiamiento de las campañas electorales. Desgraciadamente los mecanismos de control de instituciones como la ONPE no son eficientes y los consejos regionales y concejos municipales no cumplen como deben con su función de fiscalización”, agregó.
Por ello, instó a la población a prestar mucha atención a las campañas electorales millonarias y a conocer a los candidatos, no solo su formación académica y experiencia laboral, sino su hoja de vida porque «ante el deterioro de la moral pública se necesita de gente proba para gobernar».
