
Monseñor Óscar Arnulfo Romero ya es santo, tras ser canonizado en un multitudinario acto al que asistieron miles de fieles de El Salvador, cuyo sueño de verlo en los altares se hizo realidad poco más de tres años después de su beatificación.
El papa Francisco utilizó como es habitual la formula en latín para proclamar la santidad del obispo y pedir que fuese inscrito en los libros de los santos de la Iglesia.
«Declaramos y consideramos santos a Pablo VI y a Óscar Arnulfo Romero Galdámez», indicó el papa Francisco, quien canonizó en la misma ceremonia a los religiosos Francisco Spinelli, Vicente Romano, María Catalina Kasper, Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús y al laico Nuncio Sulprizio.
El asesinato de San Óscar Arnulfo Romero es “el gran secreto de la derecha salvadoreña”.https://t.co/lz7voXqnFb
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En homenaje a ellos, el papa usó como vestimentas litúrgicas durante la ceremonia el cíngulo con sangre que llevaba en la cintura Romero el día de su asesinato, así como la casulla de Pablo VI.
Miles de personas, religiosos y autoridades de los dos continentes asistieron a la solemne proclamación, marcada por el fervor de unos 7 mil salvadoreños, quienes viajaron para la canonización de Romero.
Antes de la proclamación, el nuevo prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Becciu, presentó al papa Francisco la petición de canonización y leyó una pequeña biografía.
Canonización de monseñor Óscar Romero: 7 frases que reflejan su pensamiento político y religioso https://t.co/iGkTHS33Sf
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De Romero recordó que «nació en 1917 en Ciudad Barrios en el seno de una familia modesta, que a los 12 años trabajó en una carpintería y en 1930 ingresó en el seminario».
En la ceremonia estuvo presente entre las delegaciones internacionales el presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, el presidente de Chile, Sebastían Piñera y la reina emérita de España, Doña Sofía.