Paolo Guerrero inicia este jueves su partido más difícil de su carrera deportiva: demostrar ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) su inocencia e impedir que aumente a dos años su suspensión para que pueda jugar el Mundial de Rusia 2018.
El TAS recibirá, en su sede de Lausana (Suiza), a los representantes legales del delantero peruano, en una primera audiencia, quienes pedirán la absolución del castigo de seis meses impuesto por FIFA que se vence precisamente este jueves 3 de mayo.
En la segunda audiencia, se presentarán los representantes de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), quienes expondrán que la FIFA fue benévola al castigar a Guerrero, y pedirán que la sanción de 6 meses se amplíe a 2 años.
También presentará nuevas pruebas que buscarán demostrar que Paolo sí consumió sustancias prohibidas con conocimiento de causa.
Serán cerca de 10 horas que las partes involucradas comparecerán ante los tres árbitros que están presente por caso: uno por la parte demandante; otro por la parte demandada; y un tercero elegido por el propio Tribunal, como mediador.
Una vez concluidas las audiencias, los representantes legales del jugador pedirán al TAS emitir un fallo de inmediato, aunque es lo más seguro que el resultado final se tarde en emitirse entre 6 y 12 meses. Es decir, después del Mundial de Rusia 2018.
Si la respuesta final del TAS sale en un periodo corto y es favorable para el jugador peruano, este lógicamente estará habilitado para volver a jugar desde el 4 de mayo. Pero si el veredicto es adverso y el TAS acepta los argumentos de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), Paolo Guerrero podría recibir un castigo de hasta dos años.
Si el fallo sale antes de Rusia 2018, se perdería este torneo y prácticamente sería el final de su carrera. En caso que el TAS concluya que el ariete nacional no tuvo ninguna intención de consumir el componente que fue el culpable de su sanción, podría ser solo amonestado.
