Por: Paco Muguiro Ibarra S.J. 16 de Septiembre del 2020
Hace unos meses, un 85% del país votó por el cierre del Congreso, y cuando el Presidente Vizcarra cumplió ese deseo de la mayoría de la población, su aprobación subió más todavía. Y se pedía el cierre del Congreso porque FP era obstruccionista a las políticas que el Presidente quería implementar y que se consideraban de beneficio para el país, como era la reforma del Poder Judicial y la lucha contra la corrupción. Esas bancadas obstruccionistas no quedaron impunes, se fueron a su casa, dos años y medio antes determinar su mandato.
Hoy vemos y constatamos a un presidente del Congreso Manuel Merino para deshonra de AP y la bancada del la UPP confabulando para dar un golpe de Estado, y no comprendemos cómo todavía pueden estar ejerciendo esos cargos. Lo que hacía el Congreso anterior era obstruir el trabajo del presidente, lo que ha intentado éste es destruir al presidente, esto es pedir que se vaya a su casa. Y no comprendemos como no ha habido un piquete de muchos ciudadanos democráticos instalados en las puertas del Congreso, para que estos golpistas no pongan ni un pie en su interior. Porque fraguar un golpe un militante de AP, que fue en el 68′ sacado del poder democrático por otro golpe, y apoyado por un partido UPP, cuyo organizador Antauro Humala está cumpliendo condena por asesinar a cuatro policías, y querer así, por la fuerza de las armas llegar al poder, no es un poco sino un mucho antidemocrático y golpista.
Pero cualquiera que eche una simple mirada al mundo actual atacado y derrotado hasta ahora por el COVID y al Perú en particular, que está entre los primeros países más afectados y con más fallecidos porcentualmente a su población, con sus ciudadanos muriéndose en sus casas, en lugares donde no hay plantas de oxígeno y mucho menos UCI en los hospitales para atenderlos, ¿Cómo puede haber tan pésimos ciudadanos que quieran vacar al Presidente en estas circunstancias? ¿Qué cosa ha hecho que sea tan grave, tan en contra de los intereses del país o tan en contra de la moral y las costumbres, que justifique la petición de la vacancia del Presidente?. Nos duele que haya tenido desaciertos, los cuales tendrán que ser investigados y sancionados cuando termine su mandato, pero ¿esos desaciertos justifican pedir una vacancia?
Ahora que se ha descubierto la trama, que más parece haber sido orquestada por compadres que por políticos, lo menos que se nos ocurre decir es que los congresistas no miran al país, es que el local del Congreso que debería estar a reventar con los problemas del país, esta vacío de éstos, vacío de los intereses y problemas de los hombres y mujeres que llenan las calles de sus ciudades y los cerros, las pampas de sus campos, que ese local y muchos de los que se sientan en él, con su presidente a la cabeza, no sienten el número de desempleados que se han quedado en la calle, el número negocios de emprendedores cerrados, de padres y madres que no pueden llevar a sus casas lo necesario, lo más indispensable para sus hijos, no sienten que se esté perdiendo el año escolar y universitario, y como no lo sienten ni lo viven lo menos que podemos decir es que no nos representan, que nosotros con nuestros problemas y nuestras vidas no nos vemos representados por ellos.
Pero parte de la culpa la tenemos nosotros que los hemos elegido y que muchas veces no damos importancia a esas elecciones congresales. También al sistema que fue pensado para cuando había partidos políticos que preparaban a sus dirigentes, para que nos representaran y para que sintieran los verdaderos problemas del país. Esperemos que el jueves no acepten la moción de vacancia, pero además de eso que sancionen a Manuel Merino, Presidente del Congreso con la destitución. No queremos que quede impune y por supuesto que AP lo saque de sus filas.
