Vamos a cumplir un año desde que nos vino a visitar con la guadaña de la muerte el Covid-19. Estamos en el siglo XXI, y por las comunicaciones por tierra, mar y aire hemos dominado espacialmente la tierra; por el teléfono, el internet y los satélites estamos comunicados unos con otros en segundos, de un extremo al otro del planeta. Hemos llegado a la luna e intentamos llegar a Marte, pero este señor virus nos ha cogido a todos, por decirlo así, calatos. Ha contagiado a 98 millones de habitantes y han fallecido 2 millones 100 personas. Y todavía no sabemos qué cosa hacer. Hemos conseguido la vacuna pero no sabemos si nos defiende del todo o por una temporada. ¿Cuándo estaremos los 7000 millones que habitamos el planeta vacunados e inmunes? No lo sabemos.
Nos creíamos los Super Man y resulta que en certezas médicas hemos retrocedido como un siglo, a cuando no había penicilina y las personas se morían de tifus o de una infección. Pero creo que no tomamos conciencia de la gravedad de la situación y seguimos saliendo y reuniéndonos. El último fin de semana las autoridades han suspendido un matrimonio que se iba a celebra en la playa de Colán. Claro, lugar abierto, distancia, pero ¿luego con los tragos y en el baile? Lo sentimos por los novios, pero apoyamos a las autoridades. Y así en cuantos sitios más habrá reuniones en Piura, el Perú y en el mundo.
El Covid-19 nos ha tirado abajo la petulancia que teníamos. Antes nos sentíamos seguros, ahora inseguros, antes nos sentíamos autosuficientes, ahora insuficientes, antes autónomos ahora dependientes y pasa tiempo y le virus nos sigue ganando. No a un país en desarrollo, sino el país más fuerte del mundo que cuenta actualmente con 410.000 fallecidos. En el Perú en lo que llevamos de año han muerto más de 10 médicos, que se sacrifican por salvar vidas. ¿Y nosotros nos cuidamos? ¿Cuántas enfermeras contagiadas? ¿Y nosotros nos reunimos para tomar unas cervezas? No pues, más seriedad, que hay peruanos que se la están jugando por nosotros.
¡Cuántas cosas nos está gritando el Covid 19! Nos grita: han dominado muchas cosas, pero no la naturaleza, algo natural, como un virus está dominando el mundo entero. Nos dice: no tengo fronteras, no se pongan ustedes fronteras para combatirme. Nos dice: nadie se salva individualmente, sino globalmente. Pero no escuchamos y cada país busca por su cuenta las vacunas y las adquiere por su cuenta.
La situación nos está pidiendo unión, solidaridad. O salimos juntos o no salimos. Colaboremos todos porque tu puedes ser el vehículo del virus y no estamos jugando. Con la vida no se juega y hay muchos que se juegan la suya y la de los demás.
MINJUS protegerá a comuneros que defienden sus tierras de empresas vinculadas al Sodalicio
