Por Paco Muguiro Ibarra S.J
Hace 200 años que decidimos guiarnos por nosotros mismos, construir con nuestras propias fuerzas el país que nos gustaría que fuera, y empezamos. Esta semana celebramos, pero ¿qué?
¿Se celebran cosas buenas, triunfos, conquistas físicas o morales? ¿Qué celebramos? Lo primero es que decidimos caminar solos, sin dominaciones extranjeras que además se aprovechaban de nuestras riquezas naturales.
Pero después habría que celebrar todos los avances que hemos conseguido como país: medios de comunicación como carreteras, puertos, aeropuertos; todo lo que hemos producido y producimos ahora en pesca, minería, agricultura; arte como: pintores, literatos, escultores, poetas, pensadores y políticos.
Pero en una fecha como esta, también deberíamos ver lo que podríamos haber avanzado y no lo hemos hecho, las experiencias no tan buenas que cuelgan de nuestros 200 años y que tendríamos que mejorar para poder celebrar mejor el tricentenario: la corrupción que empezó en la colonia, pero que ahora aumentó y se filtró en todas las instituciones públicas y privadas; las desigualdades económicas y la falta de reconocimiento social y cultural que a veces llega hasta el desprecio que tenemos con otras culturas que integran nuestro país. ; el desarrollo desigual que tenemos entre regiones.
Dejémoslo ahí. Ya tenemos harta tarea para el tricentenario. Ojalá lo hagamos.
¡Feliz Bicentenario!
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