La semana pasada recordamos en el mundo entero la liberación del campo de concentración de Auschwitz y con ese propósito el Papa Francisco tuvo estas palabras.
“Hoy conmemoramos el aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz y la Jornada de la memoria. Conmemoramos a las víctimas del Holocausto y a todas las personas perseguidas y deportadas por el régimen nazi. Recordar es una expresión de humanidad; recordar es signo de civilidad; recordar es la condición para un futuro mejor de paz y de fraternidad; recordar es también estar atentos para que estas cosas no puedan suceder jamás, comenzando por propuestas ideológicas que vienen a salvar a los pueblos y terminan destruyéndolos. Estad atentos a cómo ha comenzado este camino de muerte, exterminio y brutalidad”
Acabamos de vivir un acontecimiento como la toma del Capitolio en los EEUU, que ha sido como el colofón de muchos actos que conformaban una tendencia que nos podría llevar a situaciones parecidas como la de los alemanes, que se dejaron arrastrar por Hitler y terminaron en los campos de concentración. Dice Diego García Sayán en el Diario La República del 14 de febrero, “que en la década del 30 del siglo pasado el surgimiento del fascismo, nazismo y militarismo tuvieron ingredientes parecidos”. Porque Trump empezó socavando las instituciones democráticas, atizando el dio, imponiendo la mentira como argumento, que terminó dividiendo el país.
Pero en el país hemos pasado una guerra fratricida de 20 años con unos 70.000 muertos entre hermanos. Y cuando hemos querido poner un monumento para recordarlo o el Museo de la memoria, para que no se repita, muchos se han opuesto, y no solo eso, sino que de tiempo en tiempo vienen los que no quieren recordarlo y lo manchan o lo deterioran. Nos viene bien a todos las palabras del Papa: “Recordar es una expresión de humanidad; recordar es signo de civilidad; recordar es también estar atentos para que estas cosas no puedan suceder jamás…”
Aunque nos cueste recordar las muertes, sobre todo en la Sierra, las bombas en las calles, Tarata, y la brutal represión, es bueno recordar para que no se repita.
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