Paco Muguiro: «Bambarén, un obispo de una Iglesia en la calle»

Por Paco Muguiro SJ

Cuando el P. Luis Bambarén llegó de director al colegio San Ignacio de Loyola de Piura, en 1965, yo venía con él en mi etapa de magisterio. Desde esos años lo conozco más cercanamente y hemos mantenido muy buena amistad. A los dos o tres años, estando en Piura, y solo con 39 años de edad lo consagraron como obispo, justo a la vez que se daba el golpe militar de Velasco, con el cual tuvo algunas ideas comunes sobre la justica social. De ahí, se quedó con la chapa de obispo comunista porque es la insignia que cuelgan cuando se defiende a los más desprotegidos.

Empezaban las primeras invasiones de Villa Salvador y por defenderla frente a la represión, le valió una noche en la cárcel. De ahí se le empezó a conocer como el obispo de los Pueblos Jóvenes y como obispo auxiliar de Lima fue a lo que se dedicó. Se unió al movimiento de la Teología de la Liberación, como le correspondía, y ha estado presente en conflictos grandes y chicos como intermediador buscando la paz y la reconciliación.

Como le podría llamar el Papa Francisco era un obispo de una Iglesia en la calle, no de una iglesia cerrada y protegida sino de una iglesia abierta y a la ofensiva. Con esa fama, cuando hubo que darle una diócesis no le dieron una arquidiócesis de Cusco o Arequipa, sino de Chimbote, de una ciudad construyéndose y con muchos problemas, y ahí lo dejaron toda su vida. Pero a pesar de eso la mayoría de sus hermanos obispos lo elegían para Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, máxima autoridad de la Iglesia en el Perú para que los representara.

Sus hermanos jesuitas y la iglesia del Perú siente esta pérdida, pero a sus 93 años ya era hora que descansara en el Señor. Nosotros nos quedamos con su ejemplo.