Opinión: «Mitos y verdades sobre género»

Luis Lozada Gallardo

Por: Luis Lozada Gallardo

Cuando se habla de género, a veces se piensa que la intención es que las mujeres hagan cosas de hombres y los hombres cosas de mujeres. Eso es un torpe abordaje por varias consideraciones entre las cuales se pueden rescatar dos puntos. Uno: no existen labores naturales para hombres y labores naturales para mujeres pues estas han sido otorgadas culturalmente. Y dos: la idea es cómo las mujeres y hombres se complementan en la diferentes actividades domésticas y públicas.

Cuando se cree que hay labores naturales para los hombres o para las mujeres, estamos hablando de un mito. Y sobre mitos podemos dar cuenta de otros. Por ejemplo:

  • La conducta violenta es natural en los hombres.

Existe la creencia de que los hombres violentos no se pueden controlar y ejercen violencia porque simplemente “son así.” Los hombres no son violentos con todas las personas ni en todas las situaciones. Por tanto, la violencia es una conducta que se aprende como una manera de resolver conflictos.

  • La cultura se respeta y no se puede cambiar

Constantemente se utiliza la cultura para mantener el estatus quo diciendo que así nos enseñaron y está bien. Con ello quebrantamos el dinamismo y capacidad de adaptación a los contextos y valores cambiantes de las sociedades, así como su eficacia para impulsar una transformación social positiva.

  • El hogar es el lugar más seguro para las mujeres

El confinamiento como medida para prevenir el contagio del covid-19, obligó a las familias a quedarse en sus hogares como “lugares seguros”, sin embargo ha traído consecuencias letales dado que aumentó el riesgo de sufrir violencia por parte de algún familiar o persona conocida. Se evidencia que el hogar es uno de los principales ámbitos donde se ejerce violencia hacia las mujeres, obligándolas a convivir con sus agresores

  • . Solo las mujeres pobres y sin educación son violentadas por su pareja. 

La violencia se da en todas las clases socioeconómicas y niveles educativos, Lo que suele suceder es que se mantienen en reserva, sobre todo en los niveles A y B de la sociedad por un tema de vergüenza frente al círculo de amigos y amigas

  • La confusa tragedia

En la mayoría de medios de comunicación, en el tratamiento de las noticias sobre feminicidio no se da cuenta del contexto, los procesos que desencadenan los actos de violencia y la misoginia estructural que habilita estas prácticas. Es decir, se invisibilizan las relaciones de dominio que son la antesala de las situaciones de violencia..

  • Si se tienen hijas e hijos, hay que aguantar los maltratos por el bien de las niñas y los niños.

El mito se sostiene en la definición de las mujeres como “ser para otros”, donde las mismas se realizan a partir del rol tradicional de la maternidad asociada “al aguante” y “la sumisión”, negando la autonomía de su vida y el desarrollo de proyectos personales. Los derechos de las mujeres no pueden subordinarse ni estar supeditados a los derechos de otras personas.

  • Las mujeres que sufren violencia sexual o doméstica, provocan el abuso, gracias a sus conductas inapropiadas.

En muchas sociedades, existe la creencia generalizada de que las esposas merecen ser golpeadas por sus esposos. En otros casos, las personas quieren creer que el agresor tenía motivos justificados para usar la violencia y que la víctima es culpable, para así negar que se ha cometido un delito. Este es el caso, cuando se sugiere que una mujer que es violada se lo merece por su forma de vestir o actuar.