Opinión: «El amigo en pandemia»

Foto: Noticias ONU

Por: Jesús Alonso Valladolid Ruidías, estudiante de la UNP.

Como estudiante universitario, puedo dar fe de la necesidad de contarle a alguien tus cosas, de reír, de reunirse así sea a través de una pantalla, de hacer algo distinto a los deberes académicos. Tanto la familia como la pareja pueden contribuir a ello. Pensé que el confinamiento no supondría este tipo de necesidades: si antes podía manejar mi rutina un poco más independiente del resto, ahora, variedad de reacciones, de emociones, me motivan a interactuar mucho más con otros. Y me agrada.

Para empezar, la pareja debería suponer un soporte emocional. Sin embargo, no es fácil, sería entendible que tras el Covid-19, los problemas se agravasen en las relaciones. Por otro lado, un joven necesita amigos, no solo saber que estudias con otros treinta y tantos a través de reuniones de virtuales. El soporte emocional en tiempos de pandemia puede ser ese amigo, amiga o colega universitario. También alguien de la familia o todos juntos.

La importancia de todo esto radica en los problemas mentales o emocionales que el encierro y la falta de socialización puede traer. Son inestimables las reacciones psicológicas que la cuarentena sigue despertando en los jóvenes. De acuerdo a un sondeo de la UNICEF, de 8.444 adolescentes y jóvenes de 13 a 29 años en nueve países de Latinoamérica y el Caribe en el contexto de la pandemia, el 27% confesó sentir ansiedad y el 15% depresión.

Entre los datos más relevantes de dicho sondeo encontramos a los jóvenes que decidieron pedir ayuda en beneficio de su salud mental. Uno de cada 33 acudió a su círculo más cercano, familiares y amigos. He aquí la clave, pues el hecho de acudir a alguien a fin de sentirse psicológicamente más aliviado es muchas veces un acto de valentía. En otros casos, sin embargo, es importante que miremos alrededor y distingamos a una posible víctima del estrés, ansiedad, y no minimizar su estado ni culparlo, sino ofrecerle un espacio para conversar o, en todo caso, contactar con alguien que pueda servir de apoyo, como un psicólogo.

Por ello, este texto no aborda el machismo, lo predominante en el Perú, sino los daños mentales, la violencia, definida como “Acción y efecto de violentar o violentarse” por la RAE, es decir incluye los daños mentales que nos imponemos muchas veces sin pretenderlo y que podría presentar un fatal desenlace. Para impedirlo la figura del amigo es clave. Amigo no es únicamente con quien se ríe, sino quien está ahí para levantarte los ánimos y evitar consecuencias que pueden volverse incontrolables.

Cada diez de septiembre se promueve la prevención del suicidio. Usted, si se siente identificado con este texto, no dude en conversarlo con alguien, se lo agradecerá a sí mismo. En caso no lo sea, compártalo con quien lo necesite.