Opinión: «Contexto socioeconómico en la región Piura favorece el delito de Trata de Personas».

Por Nidia Coronado Cornejo, coordinadora del proyecto Tu vida no tiene precio, denuncia la trata.

Según el estudio Pomsex (2021), habría elementos del contexto social de la región Piura que favorecen al desarrollo de delitos como la trata de personas. Uno de estos elementos es el alto índice de informalidad en la región que favorece el funcionamiento de hoteles y bares clandestinos, así como el traslado de víctimas sin mayor supervisión ni registro en transportes informales.

Otro elemento que contribuye a la permanencia del delito yace en el desconocimiento de la población sobre trata de personas y la explotación sexual, así como de las formas en las que opera, es decir, las personas en general no reconocen las formas en que opera la trata de personas y, por el contrario, han normalizado las prácticas relacionadas a la misma. Esta normalización se ha dado al punto de que las propias sobrevivientes no son conscientes de su calidad de víctimas de un sistema de explotación ni de sus derechos, por lo que la violación de los mismos no es cuestionada.

También existe una relación directa entre las actividades ilegales como la minería y pesca informal. Esta relación se da principalmente porque alrededor de los campamentos mineros y los puertos donde se realiza la pesca ilegal se genera un circuito comercial de consumo de alcohol y demanda de servicios sexuales. Cabe destacar que también existe hechos de corrupción cometidos por personas funcionarias y autoridades que, abusando de su poder e influencia, hacen mal uso de los recursos e información a los que tienen acceso a cambio de beneficios personales.

Por lo general, Piura es una región de captación, tránsito y destino de víctimas. El hecho de que las víctimas no sean sacadas de sus localidades también es un elemento que facilita la perpetuidad del crimen, al desdibujar las líneas que diferencian la trata de otras actividades.

Según el INEI, el el 2018, en el 80% del total de denuncias reportadas. Las víctimas fueron captadas a través de la modalidad de un ofrecimiento de trabajo fraudulento (INEI, 2019), lo que da cuenta del aprovechamiento que existe de las necesidades de trabajo que tienen las y los adolescentes y jóvenes generalmente sin calificación personal.

En esta misma línea, otra modalidad usada por las y los tratantes es el uso de redes sociales para acercarse a las víctimas, haciéndose pasar por pares. Según CHS Alternativo (2020), cuatro son las principales modalidades de explotación sexual a niños, niñas y adolescentes en línea: El grooming o las proposiciones con fines sexuales; el sexting no consentido o la difusión de imágenes audiovisuales o audios con contenido sexual sin autorización, la sextorción o el chantaje sexual y el material de abuso sexual de niños, niñas y adolescentes conocido como la pornografía infantil.

De hecho, la evidencia señala que ha habido un incremento exponencial de las páginas web con este material a nivel mundial. Las cuales se duplicaron entre el 2014 y el 2018, pasando de 31266 a 105047, además, el 78% de las víctimas fueron niñas o adolescentes mujeres y el 60% tuvieron entre once y quince años de edad (CHS Alternativo 2022). En este preocupante contexto las y los adolescentes se constituyen en una población altamente vulnerable a ser victimas de este delito tomando en consideración que pasan un tiempo importante conectados a internet.

Según un informe de la Comisión Regional de lucha contra la Trata de Personas y Tráfico ilícito de migrantes del Gobierno Regional de Piura, muchas víctimas también son captadas a través del padrinazgo, en el que las niñas y las adolescentes migran con la excusa de seguir estudios a cambio de ayudar en los quehaceres del hogar. Las menores son obligadas a efectuar trabajo en casa sin poder acceder a educación.

Además de las diversas modalidades de trata existentes, otro elemento interesante de analizar es el papel que empiezan a jugar las mujeres en el delito de la trata. En la actualidad se viene observando un aumento de la participación de la mujer en este delito en la figura de tratante y con frecuencia, estas mujeres fueron previamente captadas y explotadas. Así mismo, se reconoce que al ser una mujer la encargada de la captación, esta tiene mayor facilidad para ganarse la confianza de una potencial víctima. De hecho, según data del 2018, la población penitenciaria intramuros por el delito de trata de personas fue en un 46% mujeres y un 54% hombres.

La trata de personas es una triste realidad que existe en diferentes lugares de la región Piura. Un elemento importante a tomar en cuenta en esta modalidad, es que hay dificultad para determinar si el delito se estaría ejerciendo desde un individuo que actúa en solitario o desde una banda criminal organizada, dificultad que también ha sido identificada en la captación de redes sociales. Ello pone en duda el imaginario de que el delito de trata se da solo a través de redes criminales; planteando la figura de operador independiente, así mismo queda desfasada la creencia de que la trata es un delito externo, en que los tratantes son generalmente personas ajenas al ambiente de las víctimas. Ya que la trata en Piura se desenvuelve también dentro de las dinámicas locales y se camufla entre los factores sociales a nivel de región.

Opinión: «Una mirada a los indicadores ambientales en la región Piura»