Las familias de distintos sectores de Piura continúan conviviendo con el agua empozada de las lluvias y muchas de ellas aún no tienen un lugar donde establecerse tras la pérdida de sus viviendas. El medio Piura es una de estas zonas, donde más de 300 familias afectadas continúan reclamando ayuda de parte de las autoridades.
Los residentes de los caseríos Miraflores, Río Seco, Chapairá, Terela, El Papayo, San Vicente, San Rafael y La Obrilla no solo reclaman ayuda humanitaria inmediata, sacos y motobombas; sino también exigen al Gobierno obras que mantengan a salvo a la población a largo plazo.
Elvis Vílchez Viera, dirigente del medio Piura, señaló que son ocho los centros poblados en la zona rural, que están “abandonados” por las autoridades.
“Estamos en el margen izquierdo del distrito de Castilla, la mayor parte de nuestra población es gente que trabaja en empresas agroexportadoras y agricultores. Somos un sector importante para la economía de Piura, pero las autoridades no llegan hasta aquí”, reclamó el dirigente.
Además, hizo énfasis en la actualización de las fichas EDAN, formulario que permite a las entidades correspondientes conocer los datos exactos sobre la emergencia. Elvis Vílchez detalló que las fichas de estos ocho caseríos del medio Piura no han sido actualizadas, por ello, aún no se ha incluido información sobre los daños en las vías de tránsito.
“Tenemos badenes, cuencas ciegas, quebradas que se activan… Incluso, en una ocasión, el bus de una empresa agroexportadora quiso cruzar cuando se había activado una quebrada, pero el caudal fue tan fuerte, que el bus se quedó varado a la mitad y la gente tuvo que salir con ayuda de la población”, detalló.
Daños a la agricultura
Vílchez Viera informó, además, que hay más de 100 hectáreas de cultivo afectadas por las crecientes del río, afectando a, aproximadamente, un centenar de agricultores en la zona. Destacó que los campesinos, además de tener pérdidas en la producción, quedaron endeudados al no poder pagar los préstamos que hicieron para esta campaña.