Pese a que el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) prometió reubicarlos, hoy, las más de 180 familias de la Laguna Humedales Santa Julia, exactamente de la UPIS Villa Keiko, en el distrito de Veintiséis de Octubre, siguen esperando el cumplimiento de dicha promesa.
Cutivalú llegó a la zona y registró que las familias, aún damnificadas por las consecuencias que dejó el paso del ciclón Yaku, se encuentran desamparadas, viviendo entre aguas servidas y basura.
Desde el año pasado, la ayuda por parte de las autoridades y la municipalidad ha sido prácticamente inexistente, según los testimonios de los moradores.
Familias de UPIS Villa Keiko esperan reubicación
Los moradores, que llevan viviendo siete años en dicho sector, saben que los alrededores de la Laguna Humedales Santa Julia es una zona inhabitable; sin embargo, el alcalde de la Municipalidad de Veintiséis de Octubre, Víctor Hugo Febres, y el Ministerio de Vivienda se comprometieron a reubicarlos para el mes de enero, pero en zonas aún más alejadas de la ciudad, según refiere la dirigente vecinal de Villa Keiko, Luz María Prieto Morán.
Asimismo, mencionó que de las 180 familias que conforman dicho sector, cinco resultaron beneficiadas, pero dos solo han firmado los documentos de reubicación. Si bien estas dos familias desean ser reubicadas, la comuna octubrina aún no recibe el desembolso por parte del MVCS.
“Él [Víctor Febre] prometió reubicarnos, pero ¿cuáles son las zonas de reubicación que coordinaron con el Ministerio de Vivienda? Está la salida a Sullana, salida a Paita, salida a Chiclayo, Altos de Castilla, está última creo que está teniendo problemas. De las 180 familias, cinco son beneficiarias, pero dos ya han firmado contrato. Para la quincena de enero debieron entregarles su módulo, pero dicen que por parte del ministerio aún no hay desembolso”, aseveró.
Aclaró, además, que, más que pedir una reubicación, esperan que la Municipalidad de Veintiséis de Octubre les envíe o venda tierra para rellenar sus terrenos, ya que al ser una zona baja, el agua de lluvia genera grandes aniegos que inunda sus viviendas.
“Les pido, al alcalde y a los ministerios que vinieron aquí, que por favor se pongan las pilas. Si nos prometieron una reubicación, que se haga. Y si no se puede, alcalde Victor Hugo traiganos tierra, un relleno digno, no greda, porque cuando llueve, el piso se vuelve resbaladizo”, exclamó.
Por Daniel A. Jibaja
