Los angelitos, una sabrosa tradición en las velaciones

Hace 47 años que Alejandrina Sánchez llegó junto con su esposo Perfiliano Reto Albines a la emblemática ciudad cataquense, provenientes ambos de Talara en busca de nuevos horizontes y oportunidades.

“No es fácil educar a los hijos”, nos cuenta. La convicción de sacar adelante, junto a su compañero, a la familia puesto que el dinero que ganaba su esposo, panadero desde los 14 años, no alcanzaba hizo que Alejandrina se desempeñara en diferentes oficios como costurera o vendedora de artesanías y joyas.

Ella, a la par iba aprendiendo, por medio de su esposo, los secretos de la panadería, sin imaginar que sus productos se convertirían tiempo después en verdaderos manjares para el paladar, no sólo de los cataquenses sino también de los piuranos en general y público extranjero.

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“El secreto de nuestro éxito está en la calidad de los ingredientes. Mi conciencia y mi fe católica no me permiten usar derivados como el bromato que pueden enfermar a la gente, por ello, en cuestión de ingredientes, no escatimamos gastos. Aunque la ganancia se reduce, ver un cliente satisfecho con nuestros productos es una sensación que no se puede comprar con nada”, nos comenta Alejandrina visiblemente emocionada.

Sus angelitos y roscas de muerto son los productos más solicitados por los cataquenses en época de velaciones, pero también le hacen pedidos de otras ciudades como Lima, Arequipa, Ica y tiene un cliente que exporta estas delicias a Estados Unidos.

A pesar de lo que los años no pasan en vano, Alejandrina junto con su esposo no desfallecen en el deseo de seguir trabajando. A mediados de noviembre partirán a Lima, para reunirse con sus hijos, pero no sin antes deleitar a sus clientes con sus exquisiteces en estas velaciones desde su cálida panadería “El Milagro”.

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Fotos: MDC