Las y los tratantes están felices con la situación crítica que vive el país

Por Ortelia Valladolid Bran, coordinadora del área de Incidencia y Desarrollo de Cutivalú

De acuerdo al diagnóstico de trata de personas en la región Piura, elaborado por la Organización Internacional para las Migraciones el año 2022, las y los tratantes son microempresarios o empresarios ligados al negocio del espectáculo, dueños de bares y cantinas. Son, en su mayoría, hombres con poder adquisitivo de nacionalidad peruana. Además, suelen ser personas conocidas o cercanas a las víctimas.

En algunos casos, como se reporta en Piura, las y los tratantes son las parejas sentimentales de las víctimas. También, se ha encontrado una elevada presencia de mujeres tratantes, lo que puede deberse a una transición de ser víctimas a victimarias, ejerciendo el rol de tratantes.

Así también de acuerdo al Plan Regional contra la trata de personas- Piura, 2019-2021, sobre el modo en que operan estas y estos tratantes se conoce que pueden actuar de forma individual, integrando pequeños grupos criminales a nivel regional en territorio peruano y siendo parte de un grupo criminal organizado internacional. Uno de los hallazgos que llama la atención es que las y los tratantes cuentan con mayores recursos económicos y más conocimiento sobre las agravantes de la trata en la legislación peruana. Se puede hablar de una especialización del tratante que destina una parte de sus ganancias para librarse de la justicia aprovechándose de los vacíos legales que existen en materia de trata de personas.

El código penal, sobre la trata de personas sanciona la realización de una o más de las siguientes conductas: captar, trasladar, transportar, acoger, recepcionar y retener siempre que tenga como finalidad la explotación. Por otra parte, en los establecimientos se pueden encontrar administradores y dueños que cumplen el rol de empresarios de venta de comida y bebidas alcohólicas y cuyo objetivo es generar ingresos económicos. Cuando es necesario incurren en actos de corrupción de funcionarios para tener impunidad.

Dentro de la red también se encuentran mujeres adultas cuya función es hacerse cargo del cuidado de las y los hijos de las residentes. En otros casos, los autores utilizan medios virtuales (redes sociales, etc.) para captar a sus víctimas, mientras que otros recurren a adolescentes para captar a sus pares. También existen autores y autoras de este delito de nacionalidad extranjera.

Mientras el país está en crisis política, por intereses individuales de quienes deberían estar operando para el bienestar de las personas, sin embargo, como bien sabemos están más bien operando en sus redes criminales y de corrupción que no hacen más que poner a nuestro territorio en un alto riesgo de vulnerabilidad frente al crecimiento de este delito, que genera mucho dinero a costa de la cosificación de miles de nuestras hermanas y hermanos peruanos. Mientras tanto las y los tratantes están recreando estrategias de captación, explotación y de invisibilización del delito.

Exigimos que el estado responda por las victimas del delito de trata de personas y responda con la prevención del mismo, la gente debe conocer de la existencia de este mal, no es posible que existe tanta insensibilidad de quienes tienen el poder y deber de mitigar en este flagelo.