Por: Fátima Macedo Cruz, coordinadora del Centro Emergencia Mujer- Chulucanas
La mujer que es víctima de violencia familiar normalmente desiste de la denuncia porque vive sumergida en el ciclo de la violencia, pero no lo reconoce. Después de una agresión el agresor suele pedir disculpas y promete cambiar creando falsas esperanzas en la víctima y logra el perdón de la misma y esta abandona la denuncia; pero su pareja después de un tiempo de estar “bien” nuevamente vuelve con las agresiones, sometiéndola a sus deseos y poder.
Además, tiene mucho que ver la dependencia económica y emocional donde la víctima se siente incapaz de salir adelante sola o teme “ser abandonada” porque, muchas veces, trae consigo carencias emocionales desde la infancia.
Por otro lado, en la mayoría de los casos, cuando una víctima decide denunciar también decide separarse, pero a veces la falta de apoyo familiar hace que desista de ello; debido a que los estereotipos machistas están muy marcados en la familia llegan a culpabilizar a la mujer de la agresión y hacen que se sienta sola y desamparada llegando a retomar la relación con su agresor.
