Javier Torres: “Mutua Conveniencia”

El mensaje a la nación dado por el presidente Pedro Castillo en el Congreso, con la intención de reducir las posibilidades de su vacancia del cargo, sirvió apenas para confirmar que el gobierno no tiene un horizonte hacia el cual busca conducirnos. Una tediosa lista de acciones de sus primeros meses de gobierno y el anuncio de algunas obras y proyectos, sin mayor conexión las unas con las otras pero que quizá aseguran los votos de congresistas con bancada, pero sin bandera.

No se cumplieron los augurios de quienes esperaban ver una repetición del estilo belicoso del ex presidente Vizcarra frente a la mayoría fujimorista de hace unos años. La posibilidad de un pedido de adelanto de elecciones, que sacudió las redes sociales y las redacciones capitalinas, fue dejado de lado por el jefe de estado, quizá por advertencia de sus aliados parlamentarios, tan interesados por mantener el precario equilibrio conseguido durante el voto de confianza, como el presidente en superar la solicitud de vacancia y sobrevivir en su cargo.

Lo que sí ha quedado confirmado con esta suerte de remedo de “mensaje de 28 de julio”, es que el presidente Castillo ha arriado por completo las banderas y promesas de la campaña electoral, de primera y segunda vuelta.

No sería de extrañar que gracias a los coqueteos con el fujimorismo que se han visto en la interpelación a Hernán Condori dejen intocada la cabeza del cuestionado ministro de salud, y se traigan abajo los procedimientos de colaboración eficaz en procesos anticorrupción, lo que beneficia indebidamente a los líderes de la mayoría de partidos en el Congreso y obviamente al presidente de la República.

En Noticias SER lamentamos que el presidente Castillo haya desperdiciado esta nueva oportunidad de decirle al país qué es lo que plantea como política de gobierno. Asegurarse votos para impedir su vacancia puede ser un objetivo válido para un político, pero es una meta insuficiente para un estadista. Sin horizonte político alguno, el gobierno seguirá haciendo concesiones a quienes solo buscan seguir beneficiándose de su paso por el Estado. Se desmonta así lo poco avanzado en institucionalidad pública y se deja impune la corrupción, lo que parece ser el único objetivo compartido de nuestra “clase política”.

Pasar por debajo de la valla [Fernando Tuesta Soldevilla]