Godofredo García Baca: 20 años después, su legado sigue vivo

Por: Nelson Peña Herrera/FACTORTIERRA

El 31 de Marzo de 2001, el ingeniero agrónomo Godofredo García Baca fue asesinado cerca de su finca en Somate bajo, Piura, Perú. Una persona fue castigada por este crimen, pero, a pesar de ello, hasta la fecha no se han esclarecido los móviles del hecho ni las personas que lo ordenaron.

García Baca nació en un hogar dedicado a la agricultura en Chulucanas, en 1936. Sus años de escolar transcurrieron entre esa ciudad y la de Piura; pero su lugar preferido era el campo. Por eso, ingresó a la Universidad Nacional Agraria La Molina, en Lima, donde estudió Agronomía, y se especializó en Entomología. Inició una carrera como docente y se casó con Elva Pérez.

Apenas tenía un año de docencia, cuando decidió regresar a Piura en 1964, para instalarse como colono en el valle de San Lorenzo. Su propiedad estuvo ubicada en Somate Bajo, Sullana, en el extremo noroeste de la colonización, donde adquirió 80 hectáreas. La adjudicación fue por concurso público en el proyecto agrícola más ambicioso de la época. En ese lugar, García desarrolló la Cédula Diversificada de Cultivos y Crianzas. Esto consiste en asociar diversos cultivos complementados con crianzas en un solo espacio físico, donde comparten el agua, los nutrientes y hasta las plagas.

También adquirió una casa en la ciudad de Piura. Tuvo dos hijos, Godofredo y Ulises, y tres hijas, DINA, Elva y Rossana. Todos y todas son profesionales que se desempeñan entre las ciencias, el arte, el urbanismo y hasta el activismo social. En 1993, ganó el premio San Luis Pro Conservación de la Naturaleza junto a sus hijos Godofredo y Ulises por su aporte, , armonizando el agua y aplicando los modelos con los que experimentaba en su parcela.

En 1998, paralizó las actividades extractivas que la contratista Energoprogekt realizaba sin cuidar el medio ambiente justo al este de su propiedad, en el cerro Somatillo, también conocido como La Chancadora. Sus armas fueron mapas, fotos, y documentos. Cuando estalló el conflicto por la pretendida explotación minera de Tambogrande, en el límite sur del valle de San Lorenzo (1999),Godofredo se convirtió en un tenaz opositor, supo capitalizar sus habilidades para advertir a todo el mundo sobre lo que iba a suceder, y fue el primero en dar la voz de alerta.

García Baca resumió en cuatro las razones por las que no se debía aceptar el proyecto minero:

  • Enajenación de la propiedad privada, puesto que los terrenos sobre los que se asienta el valle fueron comprados por sus colonos a través de procesos de ventas libres entre 1962 y 1965, lo que atentaría contra la misma constitución del Perú (artículo 70º); por último, la agricultura tiene más criterios de necesidad pública que la minería, pues satisface de modo inmediato las necesidades de la comunidad.
  • Pone en peligro la actividad agropecuaria, que sustenta la zona. Según la Constitución (artículo 88º), “el Estado apoya preferentemente el desarrollo agrario” y garantiza la propiedad.
  • Desaparición de la cubierta vegetal (formada por los bosques y las áreas de cultivo) por su paulatina muerte a causa de la construcción u operación de los tajos abiertos, a pesar que se obliga al Estado a proteger la biodiversidad (Constitución, artículo 68º, desarrollada por Fidel Torres en 2000). Obviamente, las poblaciones de fauna y humanos serán irremediablemente afectados.
  • Deterioro de la calidad del aire y del agua por la contaminación con explosivos, gases, así como el ruido y las vibraciones, en un área de 60 kilómetros a la redonda desde el tajo abierto, lo que implica afectar a las ciudades de Chulucanas, Las Lomas, Sullana-Bellavista, y Piura-Castilla, además de centenares de localidades situadas entre todas ellas.

Godofredo García Baca fue asesinado de un balazo el 31 de marzo de 2001, a sólo un kilómetro de su propiedad de Somate Bajo. Se encarceló a su asesino, pero las causas del crimen nunca fueron reveladas. Es creencia de quienes lo siguieron que intereses a favor de la minería cegaron su vida. La empresa contra la que Godofredo combatió terminó yéndose del país en 2005, y hoy desarrolla actividades en el centro de Turquía. El documental Tambogrande: mangos, minería, muerte (2007) se inspira en su lucha.

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Sábado, 31 de marzo de 2001: una cronología

  • 7:00 am. Godofredo García y su hijo Ulises partieron de la ciudad de Piura rumbo a la finca familiar en Somate Bajo, Sullana, distante a unos 70 km. Iban en su propia camioneta. La noche anterior había llovido muy fuerte, y los caminos cercanos a la propiedad eran de arcilla seca. La precipitación la había convertido en barro, por lo que Ulises, quien conducía la camioneta, tuvo que ir a baja velocidad. Como los sábados se suele pagar a los peones, ambos llevaban un aproximado de 200 dólares.
  • 8:00 am. Ambos llegan al área de Somate Bajo, y se internan por uno de los caminos vecinales.
  • 8:05 am. Se cruzan con Asdrúbal Zapata Atocha, quien conducía una bicicleta en sentido contrario.
  • 8:15 am. Ulises advierte que hay una hojarasca bloqueando el camino. Reduce la velocidad con la intención de bajar a remover el obstáculo. Justo en ese momento, aparece un sujeto encapuchado de entre los matorrales, alza un revólver, y dispara contra Godofredo García, impactándole limpiamente en el corazón. El paraje elegido para la emboscada solía estar vacío y lleno de vegetación alta.
  • 8:20 am. Luego de asegurarse que Godofredo estaba inconsciente, y tras pedir, sin mucho interés, el dinero de los jornales, el encapuchado ordena ponerlo en la tolva, se sube al asiento del copiloto, y apuntando con el arma a Ulises, le obliga a conducir hacia el cerro Somatillo.
  • 8:25 am. En la puerta de la finca García, situada a un kilómetro de la escena del crimen, los peones ven pasar la camioneta a toda velocidad, pero no advierten qué pasa, aunque les extraña el hecho.
  • 8:30 am. Al llegar a la base del cerro, el encapuchado baja de la camioneta y escapa hacia un terreno eriazo administrado por la familia García. Al verse libre de la amenaza, Ulises intenta reanimar a su padre, sin éxito
  • 8:35 am. Ulises regresa hacia su propiedad, comunica el hecho, asigna a un peón para que lo acompañe, y emprende veloz camino hacia la ciudad de Sullana, situada a 30 km. Paralelamente, el encapuchado sale de su escondite y se descubre el rostro. Una pastora, que entonces tenía 13 años de edad, y había visto todo el despliegue, se da cuenta que se trata de Meléndez Zapata Atocha, entonces 22, quien huye hacia una de las faldas del cerroa toda prisa.
  • 8:45 am. En su carrera hacia su casa, situada justo al sur de la finca García, otras dos personas lo divisan.
  • 9:15 am. Ulises y el peón llegan con Godofredo a Emergencia del Hospital de Sullana. Demoran en atenderlo. Cuando por fin lo examinan, se dan cuenta que está muerto.  El hijo del líder asegura que, cuando conducía a Sullana, tenía la impresión que su padre aún respiraba.
  • 9:45 am. Tras avisar a la familia desde Sullana, Ulises reporta el hecho a Radio Cutivalú de Piura. Al mismo tiempo, en el Centro de Servicios Somate, Meléndez llama a un teléfono celular del departamento de  La Libertad.
  • 10:00 am. Factortierra news, que entonces se llamaba factortierra-LI, recibe el primer reporte.

Hay varios hechos previos al día del crimen que quedaron sueltos, entre ellos dos sucesivas visitas de personal presuntamente vinculado a Minas Buenaventura, pero con sede en Las Lomas, Piura. Las dos visitas fueron malamente recibidas por Godofredo, y en la segunda, expulsó a los mineros casi a empellones.

Diez años después, una empresa minera con sede en Las Lomas –que no es Buenaventura- se ve involucrada en un crimen múltiple pero con el mismo modus operandi. Según las autoridades peruanas, la empresa tiene más de 15 años de operaciones.

Actualmente, la propiedad García, que fue embargada debido a deudas, ha sido tomada por la minería artesanal. El cerro, que tanto defendió exitosamente Godofredo, es el principal yacimiento. La minería artesanal se ha visto envuelta en varios asaltos y asesinatos con el mismo sistema con que García fue victimado. Ninguno ha sido resuelto.

Meléndez Zapata fue sentenciado a 30 años de cárcel por asalto con subsecuente muerte, que lo cumple en el penal de Río Seco, Piura. Participó en un motín en oposición a su traslado a un penal de mayor seguridad en Picsi, Lambayeque. Además del testimonio de la testigo ocasional, Ulises tenía la percepción que se trataba de Zapata debido a los ojos claros que pudo ver tras el pasamontañas, además de su estatura y contextura atlética. Zapata no reconoció haber disparado contra Godofredo, y tampoco reveló quién ordenó el crimen.

Legado: un referente

El ingeniero agrónomo Godofredo García Baca es uno de los próceres y mártires del caso Tambogrande. Supo dotar de argumentos profundos a favor de la agricultura local, con tanta sencillez que una persona no instruida podía entenderlo, y con tanta propiedad que un científico podía difícilmente refutarlo. Tal habilidad no era casual. Godofredo estudió mucho y se esforzó por ir aprendiendo día a día. De ese modo, pudo transmitir ese conocimiento a su gente a cambio de nada.

Ello no se redujo a su propia carrera, sino que incorporó otros saberes que enriquecieron sus argumentos, haciéndolos sólidos e irrefutables. Otro aspecto admirable es su perseverancia. Transformó un arenal en tierra verde y fértil. No lo hizo de un momento a otro, sino que tomó años. El fruto de su esfuerzo se vio pagado doblemente: fue rentable económicamente, y le dio la satisfacción de preservar la tierra para que siga produciendo.

No aceptó las injusticias. No se paró a criticarlas, sino que las combatió frontalmente con puro conocimiento y ciencia. De ese modo, paralizó a una constructora que estaba dañando un cerro aledaño a su finca, y que estaba perjudicando al medio ambiente y varios vecinos suyos dentro de él. Nunca planteó la violencia como salida, y siempre se deslindó de ella.

Pero, quizás, el recuerdo más permanente es su don de gentes. Su carácter era afable y sencillo. Gastaba bromas a sus amigos… y a la hora de trabajar, era el primero en esforzarse al máximo para conseguir el éxito.

De ese modo, su muerte acalló su voz, pero no su obra. Y los lineamientos de defensa de los casos medioambientales sistematizados por él siguen siendo utilizados como una base científica, económica y social aplicable en cualquier lugar del mundo. la lección que nos deja es que la inversión en conocimiento es mucho más provechosa que la inversión en lo material, que se gasta con el tiempo y pierde valor. La primera no; con el tiempo, nos hace más invencibles.

Fuentes: Archivo FACTORTIERRA, con aportes de Piura Vida y AgroGodofredo García Baca.

El artículo fue originalmente publicado en FACTORTIERRA

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