Por.- Ortelia Valladolid Bran, especialista de Género de Cutivalú
Este día de la madre, es atípico en nuestro país y el mundo entero, por la situación de emergencia causada por el coronavirus y que nos obliga a permanecer en confinamiento, con la finalidad de evitar contagios, y por ende muertes.
Sin embargo, la otra cara de este escenario es la tranquilidad de muchísimas mujeres y niñas que se ha puesto en juego, debido a diversas manifestaciones de violencia; y uno de estos tipos es la violencia sexual, dejando a niñas embarazadas y obligándoseles a ser «madre», esa palabra que en el mundo significa amor, lucha y compromiso.
Sin embargo, para muchas significa dolor, incertidumbre, violencia; y, que tristemente el Estado no está preparado para garantizar medidas de protección y reintegración de estas «niñas», que deberían seguir con la construcción de sus proyectos de vida y desarrollarse en espacios seguros.
Este día reflexionemos, precisamente sobre el valor de las personas, tenemos derechos como «personas» y la constitución así lo dice. Sin embargo, cada minuto evidenciamos episodios de cobardía, machismo, violencia, discriminación y odio, especialmente para las mujeres y niñas.
Hoy, día de la madre, nos sirva para tomar conciencia de la gran labor de las mujeres, como madres, trabajadoras, vecinas, amigas. Simplemente personas y reconozcamos su gran contribución en el desarrollo social y económico de nuestro país y el mundo.
Conmemoremos el día de la madre, asumiendo y poniendo en práctica compromisos de buena convivencia, oportunidades igualitarias y la responsabilidad conjunta de hombres y mujeres de la buena crianza de hijas e hijos, con miras a un mundo más humano y feliz.
