Un nuevo dispositivo legal, presentado apenas el 6 de junio, insiste en la premisa de que solo extendiendo (por 10 años adicionales) los contratos de los lotes petroleros próximos a expirar, se soluciona la declinación en la producción petrolera.
Hace pocas semanas, una iniciativa de similares características (PL 804/2021) fue aprobado en la Comisión de Energía y Minas, pero cuestionada en la Comisión de Economía, razón por la cual ese proyecto de Carlos Alva volvió a fojas cero.
Sin embargo, en las postrimerías de la presente legislatura el mismo grupo de parlamentarios que votó a favor del PL 804 (ver infografía) intenta aprobar en la próxima sesión de esta comisión un predictamen que premia a los operadores que tuvieron poco éxito en los 30 años de sus concesiones.
Con nombre propio
El proyecto 2279/2021 del congresista José Jerí, de Somos Perú, plantea subir a 40 los años de concesión sobre los lotes petroleros (hoy en 30) para homologarlos con los de gas, pero “ya no de forma automática, sino subiendo la valla” para los actuales tenedores que quieran acceder a la extensión.
Para tal efecto, las empresas cuyos contratos estén por fenecer (6 en la cuenca de Talara entre el 2023 y el 2028) deberán presentar ante Perupetro un nuevo calendario de inversiones, un plan de mejoras salariales para sus trabajadores y gas natural domiciliario en su zona de influencia, además de ejecutar —de forma anticipada— su plan de abandono para la concesión saliente, que no es el mismo que deberán presentar para esta nueva década.
En su presentación ante la Comisión de Energía y Minas, los representantes de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Javier Páucar y María del Pilar Rázuri, defendieron esta prórroga para sus asociados alegando que “alienta y dinamiza” las operaciones de hidrocarburos.
Sin embargo, la exposición del gremio tuvo un réspice con la ponencia previa de la congresista Elizabeth Medina, quien hizo hincapié en que todas estas empresas, en más de 25 años, no hicieron mayor inversión para garantizar las reservas; es decir, encontrar más petróleo en lugar de solo secarlo.
“Todos esos lotes petroleros fueron antes explorados por Petroperú. ¿Qué lotes han explorado, desde entonces, esas empresas? Al contrario, la producción bajó enormemente, a tal punto de volvernos un país totalmente dependiente de las importaciones”, recordó Medina.
Exploración en ciernes
Aurelio Ochoa Alencastre, experto en temas energéticos, secunda esta posición. Hace poco se informó que la producción diaria de barriles en el Perú pasó de 60.000 a 40.000 en menos de dos años, pero lo que no se menciona, según el expresidente de Perupetro, es que esta reducción fue progresiva desde que se privatizaron los lotes de Petroperú porque, justamente, no se han hecho mayores esfuerzos de inversión y exploración. Situación que, a criterio de Jerí para La República, podría resolverse con 10 años más.
Ochoa hace especial énfasis en la cláusula que facultaría al Estado a resolver estas prórrogas en caso de que no cumplan su nuevo calendario de inversiones.
“Eso no va a pasar nunca, es cuento chino. Simplemente ponen una medida cautelar y paralizan el proceso de reversión. Eso es inaplicable en la práctica, conociendo las acciones que pueden someterse en el Poder Judicial y los tiempos de exploración”, refirió.
Además, explicó que el tiempo es muy corto, pues hacer exploración puede tomar hasta cinco años, sin contar la perforación que son algunos años más y se llegaría al periodo en que finaliza la concesión. A menos, claro, que como remite el proyecto predecesor 804/2021, estas prórrogas sean renovables una tras otra, “con lo cual se abriría la ventana para una privatización eterna”, advirtió.
“Es muy probable que estas empresas se dediquen solo a hacer estudios geológicos o geofísicos, pero al final no exploren nada. Es muy fácil evadir esta ley y argüir ante el Poder Judicial que se ha cumplido para no ir a arbitraje internacional, el cual puede tomar varios años más. ‘Hemos buscado, pero qué culpa tenemos si no encontramos nada’”, cuestionó Ochoa.
En este punto, el congresista Jerí atañe la responsabilidad de esta supervisión al Estado, en lo que entiende como un “respiro” de una década para que Petroperú se ordene financieramente antes de recuperar los pozos que podrían alimentar su nueva refinería, con capacidad para ofrecer combustibles a precios más competitivos, pero que, se advierte, necesita comprar cada vez menos petróleo peruano a precio internacional. En medio, el consumidor final.
Seis contratos de Talara por vencer
Seis contratos en Talara están próximos a culminar: Sapet (Lote VI-VII, 2023), UNNA (Lote V, 2023), Savia (Lote Z-2B, 2023), CNPC (Lote X, 2024), y Petromont (Lote II, 2026; Lote XV, 2028).
El presidente de Petroperú, Humberto Campodónico, ha admitido que sería positiva para la petrolera alguna participación en estos lotes, en la medida que la estatal compra sí o sí ese petróleo, por el que hoy paga el precio internacional.
El PL 2279/2021 plantea también que, si la empresa tiene pasivos (como el reciente caso de las plataformas marinas hundidas de Savia), no podría renovar. Pero tendría tiempo para solucionarlo antes de hacer su solicitud ante Perupetro.
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