La presencia de perros salvajes en el centro poblado Ñomala, provincia de Chulucanas, se incrementó convirtiéndose en un severo dolor de cabeza para más de 30 familias ganaderas. Así lo reportó Ramona Nima Méndez, encargada de la Red de Mujeres de Chulucanas, sustentando que estos animales ya han acabado con más de 300 cabezas de ganado.
“La cantidad de ganado que está en perjuicio es más de 300 cabezas. La comunidad es grande y nosotros llevamos a los animales para que vayan a pastar y lo que pasa es que los animales están en el campo y ahí cometen sus fechorías en coger los animales. Y solo es por matarlos, porque los matan y ahí los dejan. Cuando vamos a verlos, estos animales se nos corren y no podemos atraparlos”, dijo Nima a Cutivalú.
Señaló, además, que no se trata de uno o dos perros, pues se trataría de más de 9 canes que vienen realizando este tipo de fechorías, que, pese a que toda la población ya está en alerta, no han logrado capturarlos. Pues, son más de 30 familias ganaderas afectadas, aunque el número incrementaría si se toma en cuenta a otros sectores como Alto Talarita y Santa Rosa.
“Las familias afectadas son más de 30 familias, pero hay más afectados que se encuentran en otros sectores como Alto Talarita, Santa Rosa. Son perros, pensábamos que en el campo había león o algún otro animal, pero no, es perro, pero son perros caseros. Justo hemos dado con una señora a quien le hemos seguido el perro, pero ella nos niega diciendo que su perro no es. Le digo que es todos los días que el perro ataca, y la señora ya lo ha amarrado”, mencionó.
Pérdidas económicas en Chulucanas
De acuerdo con la integrante de la Red de Mujeres de Chulucanas, esta situación deja una pérdida económica de más de 800 soles por ganado afectado, ya que cada cabeza de ganado cuesta entre 200 a 300 soles.
“El ataque de estos perros a nuestro ganado nos deja pérdidas económicas de 800 a 900 soles, porque cada cabeza de ganado nos está costando 200 a 300 soles, dependiendo el peso de cada animal”, dijo.
En ese sentido, solicitó ayuda a las autoridades, ya que la crianza de animales y la ganadería es el único sustento de sus familias.
“Criamos un animal y ya tenemos leche para nuestros hijos. Ya ahorita no tenemos trabajo y nos sentimos preocupadas. Trabajamos para una empresa que se llama Saturno, pero, la verdad, no nos pagan. Ya tienen más de tres meses que no nos cancelan, por eso nosotras, como mujeres organizadas, estamos coordinando para que, aunque sea, nos apoyen con fuentes de trabajo”, finalizó.
Por Daniel A. Jibaja