Catacaos tras el desborde del río Piura | Foto 1 de 5

Foto referencial.

 

Este martes el amanecer en el bajo Piura fue triste y desolador. Calles llenas de agua, lodo y piedras, con paredes húmedas y muy por encima de la mitad, advierten que el desborde del río Piura fue de grandes proporciones y sin precedentes.

COLAPSO

Al atardecer de este lunes estaba claro que el desborde que alcanzó a sectores de Piura y Castilla fue de mayor impacto en el bajo Piura. Familias enteras en los techos de su casa, otros tantos en las lomas o zonas altas de su sector, enseres flotando, animales ahogados daban cuenta de la magnitud del desborde del río Piura.

Ya en la mañana de este martes, conforme el agua iba retirándose ante el descenso del caudal del río, centenares de moradores damnificados de sectores como Simbilá y Nuevo Catacaos se apostaron en plena Panamericana y en las afueras de sus viviendas aun inundadas para clamar por agua y alimentos, sobretodo para los más pequeños que llevaban horas sin comer.

Otros moradores de sectores más bajos y afectados como Rinconada, Monte Suyón, Viduque y Pedregal, estos últimos de donde proceden las cuatro víctimas mortales confirmadas hasta el momento por las autoridades policiales, emprendían su traslado hasta la zona de San Pablo, en la vía Piura- Chiclayo, lugar a donde han ido a parar la mayoría de damnificados que no tienen otra alternativa.

Sin embargo, la presencia de decenas de camiones, camionetas, motofurgones y mototaxis con ayuda humanitaria recolectada por la población solidaria dibujó un panorama alentador en distritos como Catacaos y Cura Mori que este lunes les tocó vivir lo peor del desborde del río Piura y que aún esperan que las autoridades atiendan como se debe esta tremenda emergencia.